Analicemos Nuestras Cuestiones
Los aficionados al cine están acudiendo en masa a las salas para ver la película “Selma”, lo cual es apropiado, especialmente ahora, ya que solamente falta una semana para el 50 aniversario de la famosa marcha por los derechos civiles.
En muchos aspectos, el incidente de Selma se presentó como una llamada de atención para muchos estadounidenses que se habían quedado de brazos cruzados durante el proceso de lucha por la igualdad. La Ley de Derechos Civiles se había promulgado menos de un año antes, pero la débil aplicación de la ley era un problema que se corregiría con legislación adicional en años posteriores.
La lucha de Selma era por el derecho a votar, y no es casualidad que la Ley de Derecho al Voto haya sido promulgada tan sólo cinco meses después.
Como muchos de ustedes saben, nuestra Unión fue participante entusiasta y activa en la lucha por los derechos civiles. Para dar un ejemplo, nuestra Unión contribuyó fuertemente a un fondo que ayudaba a financiar un caso en la Corte Suprema de Estados Unidos que terminó conduciendo a la de-segregación. Para dar otro ejemplo, la Local 6 en 1954 estableció un premio al activismo por los derechos civiles que proporcionaba crucial financiación a los destinatarios. Entre los que recibieron el Premio por los Derechos Civiles de la Local 6 fueron: el Dr. Martin Luther King (quien lo recibió en dos ocasiones), el líder sindical A. Philip Randolph, la editora y activista del NAACP Daisy Bates, los Nueve de Little Rock (un grupo de estudiantes en Arkansas que desafiaron reales amenazas y violencia por querer de-segregar la Escuela Secundaria Central en la capital de ese estado), James Meredith, el primer estudiante negro en asistir a Ole Miss (la Universidad de Mississippi), y Ralph McGill, editor y columnista del Atlanta Constitution.
Nuestro sindicato hizo piquetes frente a las tiendas de Nueva York, cuyas empresas matrices tenían espacios segregados en el Sur. También enviamos a nuestros miembros a marchas por los derechos civiles, incluyendo a las de Washington, DC, donde cientos de ellos personalmente fueron testigos del discurso “I Have a Dream” (Tengo un Sueño) del Dr. King. Hemos también realizado otras acciones para promulgar el movimiento de derechos civiles. Una de esas acciones se produjo en 1964, cuando nos unimos a otros sindicatos para financiar un programa que enviaba a maestros al estado de Mississippi. Este programa fue llamado Verano de la Libertad.
Una de las maestras patrocinadas por nuestra Unión en 1964, Susan Butler, recientemente nos escribió una carta al Hotel Voice. Ella había escrito un diario mientras estaba en Mississippi y la Unión muestra fragmentos del mismo en nuestra publicación. En esta edición de Hotel Voice que imprimimos ahora, el diario de Butler narra el momento en que ella está en camino a Alabama, yendo a la Conferencia en el Arco de Justicia. Dos días de esa conferencia se llevarán a cabo en Selma, donde Butler y otros recrearon la marcha sobre el puente Edmund Pettis, donde los activistas por los derechos civiles fueran atacados por la policía en 1965.
¿Cuán mal estaban las cosas en el Sur en 1964? Pues bien, a través del diario de Butler nuestros lectores pueden enterarse de que una joven afroamericana, estudiante de ciencias políticas en la Universidad de Harvard, no recibió aprobación al presentar su solicitud para votar. Butler nos informa que el registrador blanco que rechazó la solicitud de la estudiante de Harvard ni siquiera se había graduado de la escuela secundaria. En otra entrada en el diario ella nos cuenta acerca de la quema de una iglesia. Ella informa de amenazas recibidas, también. Con estos datos Usted se puede hacer una idea.
En su reciente carta a la Sra. Butler nos explica que no todos los sindicatos ayudaron al movimiento por los derechos civiles. Pero elogia la participación de nuestra propia Unión. Ella dice que va a donar sus papeles (incluyendo artículos del Hotel Voice) al Centro de Investigación sobre la Cultura Negra Schomberg, en Harlem. “El papel de los sindicatos durante el período del movimiento de derechos civiles no era precisamente ejemplar”, escribe la señora Butler. “Estoy donando Estos papeles porque quiero asegurarme de que tanto el sindicato de maestros como el sindicato de trabajadores de hoteles reciban el crédito que se merecen por su trabajo en favor de la libertad y la igualdad”.
Susan Butler no es la única que ha loado los esfuerzos de nuestra Unión en nombre del movimiento por los derechos civiles. Ernest Green, quien fuera uno de los Nueve de Little Rock y que más tarde se convirtiera en un miembro del gabinete del presidente Jimmy Carter, nos alabó en 1997, durante el 40 aniversario del incidente de Little Rock. Una conspiración evidente en Little Rock había impedido que Green y algunos de los otros estudiantes n trabajos de verano en 1957, 1958 y 1959. La Local 6 vino al rescate, ayudándolos a encontrar empleos de verano en Nueva York.
“Esos trabajos ayudaron a financiar mi educación universitaria en la Universidad Estatal de Michigan”, Green le dijo al New York Daily News en 1997. “Los veranos en Nueva York tuvieron un profundo y beneficioso impacto en mi vida.”
Carlotta Walls Lanier, otra miembro de los Nueve de Little Rock, también recordó lo que nuestra Unión hizo por ella y sus compañeros de estudios en “A Mighty Long Way”, su relato autobiográfico del incidente de Little Rock.
Este breve repaso de los esfuerzos de nuestro sindicato en la batalla por los derechos civiles llega en el momento en que un juez federal ha negado una orden ejecutiva del presidente Obama. El fallo del juez ha dejado a cinco millones de inmigrantes indocumentados, niños traídos aquí por sus padres, y los padres de los niños nacidos en este país, amenazados de deportación. La pendiente apelación a la decisión de este juez de Texas puede convertirse en el tema de derechos civiles del 2015.