Roberto Pozo, Metropolitan Club

Nos sentimos consternados por la pérdida de Roberto Pozo, que era portero en el Metropolitan Club, y que falleció el 17 de abril.
Roberto era un padre y esposo amoroso. Sus compañeros de trabajo lo recuerdan como un maestro y querido amigo de todos. Era una presencia servicial y amable en su centro de trabajo, que siempre hizo el mayor esfuerzo por compartir su sabiduría con los demás.
John Hill, otro portero, dijo que “Él era una gran persona, y muy querido en el Club durante los 38 años que trabajó aquí. Era muy humanitario; cada vez que sus compañeros de trabajo tenían algún problema, él hacía colectas monetarias para ayudarlos”.
Víctor Minda, que es houseman, recuerda a Roberto como un maestro, “Roberto y yo somos ecuatorianos. Cuando yo empecé a trabajar en el club en 2001, él me acogió bajo su tutela y me dio consejos muy valiosos para ayudarme a mantener este trabajo. Me hizo sentirme en casa en un ambiente de una ciudad grande. Era simpático, cortés, y siempre nos hacía reír. No sé cómo voy a sentirme cuando el Club vuelva a abrir y él no esté allí”.
Oscar Peña, que es mesero de banquetes, dijo que “Él era un hombre elegante y educado, a quién le encantaba hacer reír a los demás. Roberto me ayudó y me guió cuando yo comencé a trabajar en el Club hace tres años. Voy a extrañarlo muchísimo.”
Jorge Pérez, que es houseman, valora los pequeños momentos que él compartió con Roberto, y recuerda que “era amistoso con todos, y usualmente traía su comida de la casa. Siempre fue muy saludable. Yo recuerdo cómo tomábamos café juntos durante la hora de la merienda. Yo soy cubano y a Roberto le encantaba cómo yo hacía el café. Que descanse en paz.”
Carlos Gallardo, que es mesero de banquetes, recuerda a Roberto como alguien que fue una inspiración para él. “Nosotros los dos somos de Guayaquil, Ecuador, pero yo conocí a Roberto hace 12 años, cuando comencé en este trabajo. Él era una persona feliz y seguro de sí mismo, porque se dedicaba a proveer una vida mejor para su señora y sus hijos. Tenía un gran amor por su esposa, y se sentía muy orgulloso de sus hijos, y siempre estaba hablando de ellos.”
“Yo pasé muchos bellos momentos hablando con Roberto. Con frecuencia me contaba sobre su trayecto desde Ecuador a Costa Rica, antes de emigrar finalmente a los Estados Unidos cuando era joven. Roberto me dijo que la parte más difícil de su largo camino fueron sus primeros años en los Estados Unidos, cuando trabajaba varios trabajos para mantener a su esposa y sus hijos, hasta que finalmente consiguió este trabajo en el Club. Roberto compró su casa en Nueva Jersey, y siempre me invitaba a visitarlo, pero nunca tuve la oportunidad.”
A Roberto lo sobreviven su esposa e hijos.