UN REPORTE DEL PRESIDENTE DE HTC RICH MAROKO
La pandemia inició un cambio en la gente trabajadora de todo el país. No fue la primera vez que los trabajadores sufrieron condiciones laborales peligrosas, bajos salarios y horarios erráticos, pero la pandemia demostró lo inseguro que estos trabajos –y las vidas de quienes confiaron en ellos– realmente eran. Los trabajadores, cansados, se dieron cuenta de que no necesitaban conformarse con lo que les ofrecían los empleadores. Tenían el poder de cambiar cosas al organizar una Unión.
Los trabajadores en la industria hotelera no fueron la excepción. Durante los últimos dos años y medio, más de 1.000 trabajadores en 29 propiedades se han sumado a nuestra Unión. Cientos más se están reuniendo con organizadores ahora.
Hoy quiero compartir sólo algunas cosas de lo que reportan desde hoteles fuera de la Unión y diseñar nuestro plan para organizar a la industria fuera de la Unión. Estamos muy orgullosos de cómo nuestra Unión ha sido capaz de transformar las vidas de más gente trabajadora, brindándoles seguridad laboral, excelentes beneficios y respeto en su trabajo. Pero nuestro trabajo de organización no sólo beneficia a trabajadores que estaban fuera de la Unión, sino que nos ayuda a todos nosotros. De hecho, es una parte vital de mantener los salarios y beneficios por los que hemos luchado tanto en hoteles de la Unión.
LA DIFERENCIA QUE HACE LA UNIÓN
Mientras el número de hoteles nuevos fuera de la Unión en el área de la Ciudad de Nueva York explotó en los últimos quince años, las condiciones en hoteles fuera de la Unión empeoraron mucho. En un momento, cuando había muy pocos hoteles fuera de la Unión, los hoteles tenían miedo de ser muy codiciosos pensando que iba a llevar a sus empleados a organizarse. Pero ahora, con cientos de hoteles fuera de la Unión operando en nuestra región, los empleadores fuera de la Unión tienen la confianza de saqueadores – actuando con total menosprecio de las consecuencias de tratar mal a sus trabajadores.
Las agotadoras tareas de trabajo, condiciones peligrosas y falta de seguridad laboral en hoteles fuera de la Unión llegaron a nuevo bajo nivel durante la pandemia. Los trabajadores fuera de la Unión no sólo no recibieron beneficios médicos extendidos, pagos por indemnización o un protocolo estricto y ejecutable como nuestros miembros, sino que tampoco podían confiar en que volverían a los trabajos que tuvieron por años cuando reabrieran sus hoteles.
Durante la pandemia, camareros de habitación fuera de la Unión reportaron limpiar hasta 26 habitaciones de tamaño completo. Muchos tuvieron que conseguir sus propios barbijos, guantes y en algunos casos, tuvieron que comprar sus suministros de limpieza de sus propios bolsillos. Mientras la gerencia trabajaba desde la comodidad de sus hogares, a los trabajadores se los dejó hacer tareas peligrosas sin entrenamiento –tal como remover a huéspedes agresivos y en un caso, hasta chequear la caldera de un hotel.
La mayoría hace este trabajo por menos de la mitad
de lo que ganan nuestros miembros. Muchos ganan el salario mínimo (o cerca de ello) y ninguno recibe paga por tiempo adicional diario, bonificación por tiempo parcial o tiene la capacidad de negociar paga adicional. Para empeorar las cosas, muchos empleadores fuera de la Unión están rompiendo leyes salariales y de horario básicas. Los trabajadores de múltiples propiedades reportan ser obligados a quedarse más tarde fuera de su horario, limpiar habitaciones durante pausas no pagas y trabajar gratis durante “entrenamientos” de varios días. En una particularmente mala agencia de servicios de limpieza, los trabajadores incluso reportaron recibir pagos en forma de tarjetas de regalo (gift cards) que no funcionaron.
Los paquetes de beneficios son notoriamente malos. La mayoría de los hoteles fuera de la Unión tiene paquetes de seguro de salud que son tan caros que a la mayoría –sino a todos— de los trabajadores se les hace imposible inscribirse. En el recientemente organizado Le Soleil Hotel, ubicado en el corazón de Midtown, sólo dos de los trabajadores en toda la unidad de negociación están inscriptos en el plan de beneficios del hotel. Los trabajadores de hotel empleados por agencias de personal (los peores de los peores empleadores) reportan que algunas agencias no ofrecen ningún beneficio de salud. Los planes de pensiones no existen. Para jubilarse, los trabajadores de hoteles fuera de la Unión, con bajos salarios, deben ahorrar por sí mismos.
Los trabajadores fuera de la Unión no pueden planear sus vidas fuera del trabajo. Si usted ve casi cualquier horario fuera de la Unión, verá las palabras “SUJETO A CAMBIOS” escritas al comienzo y los turnos escritos a mano. Los hoteles prefieren programar un esqueleto de personal y después agregar (o cancelar) personal a último momento, basado en la ocupación real. A los camareros de habitación de una agencia de servicios de limpieza no se les notifica si estarán trabajando ni dónde estarán trabajando hasta las 7 am del día de su turno. Eso les deja a los trabajadores sólo 2 horas para confirmar cuidado de niños, viajar a la ciudad y reportarse en el trabajo para comenzar a las 9 am. Docenas de trabajadores fuera de la Unión han reportado que no pueden solicitar tiempo libre, llamar para no ir si están enfermos o irse a tiempo, y los trabajadores de múltiples propiedades han llegado a trabajar y les han dicho que vuelvan a casa porque ya no se los necesitaba.
Sin las protecciones –tanto legales como otras— de una Unión fuerte, los trabajadores no tienen poder para cambiar estas condiciones.
¿POR QUÉ LOS TRABAJADORES FUERA DE LA UNIÓN NO SIMPLEMENTE SE UNEN A LA UNIÓN?
Puesto simplemente: porque es difícil. La verdadera pregunta para trabajadores de hoteles fuera de la Unión no es “¿Quiere sumarse a la Unión?” sino “¿Usted y sus compañeros tienen las agallas para pelear por ello?”
Más y más trabajadores están respondiendo que sí, pero el camino a la victoria todavía no es fácil. Con algunas pocas excepciones, los trabajadores que quieren unirse a nuestra Unión deben solicitarle al gobierno federal que lleve a cabo una elección de voto secreto. Durante las semanas antes de la elección, el hotel típicamente gasta mucho tratando de obligar a los trabajadores a que cambien sus votos.
Los empleadores regularmente contratan a profesionales anti-Unión muy bien pagos que coordinan campañas y entrenan a la gerencia sobre cómo convencer a los trabajadores a que voten en contra de la Unión. Usualmente, hay incontables infracciones a las leyes federales de trabajo, incluyendo el despido ilegal de quienes apoyan a la Unión, el soborno a trabajadores con promesas de aumentos salariales, rifas, fiestas y amenazas de que los trabajadores podrían perder sus trabajos si votan a favor de la Unión. Hacen que gerentes de bajo rango hagan el trabajo sucio, separando a trabajadores para decirles mentiras e intentar intimidarlos para que se delaten unos a otros. Mientras tanto, los dueños y gerentes corporativos llegan, pretendiendo que “no sabían” lo mal que se habían puesto las condiciones y suplicando por una oportunidad para arreglar los problemas (como si quienes están a cargo no tomaran las decisiones finales sobre las finanzas de sus hoteles).
Ellos cuentan mentiras descaradas sobre nuestro personal y nuestros contratos, diciendo que la Unión es manejada por la mafia, pretendiendo que no ofrecemos beneficios de salud a trabajadores en Nueva Jersey, declarando que la Unión no les permite a los trabajadores hablar con la gerencia directamente y diciendo que, si los trabajadores reciben días libres constantes, perderán toda flexibilidad y no serán capaces de cambiar turnos cuando surja algo.
También cuentan mitades a medias mucho más complicadas. Por ejemplo, en muchas campañas, la gerencia o sus consultantes les han dicho a los trabajadores que sus salarios podrían bajar en negociaciones de contratos, lo cual –si bien es técnicamente posible— nunca ha sucedido en más de 80 años de historia de nuestra Unión. Hemos negociado cientos de nuevos contratos y todos y cada uno ha aumentado salarios y ninguno los ha reducido.
Tan ridículas como suenan estas declaraciones a un miembro de la Unión experimentado, estas campañas anti-Unión pueden ser muy efectivas. Recuerde, muchos trabajadores de hotel no tienen experiencia con la Unión y no pueden distinguir fácilmente cuándo la gerencia está mintiendo sobre algo en nuestros contratos. Además, hay muchas emociones. Todos están nerviosos sobre perder sus trabajos (a diferencia de nuestros miembros, los trabajadores fuera de la Unión no están acostumbrados a tener protecciones, mucho menos un agente de negocios que pueda ir al hotel a apoyarlos) y están exhaustos (incluso las campañas anti-Unión más cortas duran cerca de un mes, las 24 horas del día).
Antes de solicitar una elección públicamente, el equipo de organización de nuestra Unión se reúne con trabajadores en secreto, construye una red de apoyo para la Unión en el hotel y pasa horas preparando a trabajadores sobre qué esperar de una campaña de la gerencia. Saben que cualquier trabajador que no esté preparado, sin importar lo entusiasmado que esté con la Unión, está casi garantizado de caer en los trucos despiadados del hotel.
Debido a nuestro talentoso equipo y a los esfuerzos a toda hora, casi siempre ganamos con súper-mayorías. Pero ganar la elección sólo es el primer salto para que la Unión pueda representar a los trabajadores en la mesa de negociación. La victoria real es ganar nuestro contrato –y todos los pagos, beneficios y protecciones que vienen con él. Para hacer eso, los trabajadores deben estar listos para ir detrás de la única cosa que les importa a los empleadores: sus billeteras. Eso significa que necesitan estar listos para hablar públicamente sobre sus jefes, convencer a huéspedes de que boicoteen la propiedad, y claro, potencialmente retirarse y entrar en huelga.
La mayoría de los hoteles fuera de la Unión necesitará ser organizada de esta manera, lo cual significa que nos encontraremos enfrentando luchas en los próximos años. Ahí es donde usted entra.
HACIENDO SU PARTE
Si bien es importante para nosotros ayudar a los trabajadores fuera de la Unión convertir sus lugares de trabajo y obtener el poder y respeto que nuestros miembros tienen, es igualmente importante que organizamos para proteger a nuestros miembros existentes. El número creciente de hoteles fuera de la Unión presenta dos amenazas principales para nuestra Unión. Primero –y más inmediatamente— lleva a más despidos en talleres de la Unión. Es simple: cada huésped que se queda en un hotel fuera de la Unión no se está quedando
en un hotel de la Unión, lo cual significa que hay un miembro de la unión menos que está trabajando. La segunda, y muy peligrosa, amenaza, es la presión que la creciente industria fuera de la Unión está poniendo en hoteles de la Unión. La razón por la que la industria de hoteles de la Unión puede costear los salarios y beneficios en nuestros contratos es porque la mayoría de los hoteles en nuestra región son de la Unión y pagan lo mismo. Si cuando nos sentemos a negociar nuestro próximo contrato, menos de la mitad de la industria está sindicalizada, los hoteles de la Unión probablemente nos dirán que están tan en una desventaja competitiva que “si pagamos más, tendremos que cerrar nuestro negocio.”
En el ultimo par de años, ganamos varias legislaciones significativas que juntas harán mucho para detener al desarrollo hotelero fuera de control: permisos especiales, los cuales harán más difícil construir hoteles de baja calidad en la Ciudad de Nueva York, cumplimiento mejorado en contra de la industria ilegal de hoteles en sitios web como Airbnb y cambios de financiamiento y regulación para animar a la conversión de malos hoteles existentes en viviendas asequibles.
Pero todavía necesitamos enfrentarnos a la existente industria fuera de la Unión, con la cual nos enfrentamos en grandes luchas públicas con ricos dueños y desarrolladores. Hemos duplicado el número de miembros del personal a cargo de reunirse con trabajadores fuera de la Unión, de desarrollar estrategias de organización y, más importante, de liderar campañas para ganar un fuerte contrato de la Unión. También defendimos exitosamente una ley municipal que requerirá que los hoteles notifiquen a sus huéspedes si hay una huelga o línea de piquete, lo cual nos facilita la tarea de quitarle clientes a empleadores hostiles. No podemos organizar esas líneas de piquete con miembros del personal únicamente –necesitaremos que ustedes vengan en número.
Eso no es todo. También necesitamos que nos conecten con trabajadores en la industria fuera de la Unión: sus amigos, sus familiares y, en algunos casos, sus compañeros que tomaron trabajo fuera de la Unión mientras esperaban ser convocados. Por favor tome un minuto para visitar nuestro sitio web y contarnos dónde conoce gente. Quizás estemos organizando secretamente un hotel donde usted conozca a alguien. Y no les dé malos consejos. Muchos de nuestros miembros les dicen a sus amigos y familia que se queden tranquilos “y esperen a que llegue la Unión”. Esto es exactamente lo opuesto a lo que se necesita. Ellos necesitan venir a reunirse con organizadores de la Unión en secreto, para aprender sobre la ley y para prepararse para no tener miedo durante la inevitable campaña anti-Unión.
El crecimiento sin control de la industria de hoteles fuera de la Unión es, lejos, la amenaza más significativa que enfrenta nuestra Unión y el modo de vida de nuestros miembros. Necesitamos tratarla de esa forma. Cada uno de nosotros debe cumplir su parte para enfrentarnos a la industria directamente, ya sea trayendo a trabajadores fuera de la Unión para que se reúnan con nosotros, caminando en líneas de piquete o construyendo el poder político que necesitamos para detener la pérdida.
En solidaridad,
Presidente de HTC Rich Maroko