Los Nueve de Little Rock

ELIZABETH ECKFORD

Algunos momentos fundamentales se integran a la historia marcados con una intensidad y una vivacidad que el pasar de los años no los disminuye. Un evento como esos fue la integración de la escuela secundaria Central High School en Little Rock, Arkansas.

En 1954, el memorable fallo de la Corte Suprema en el caso Brown frente a la Junta Escolar dictó la integración de las escuelas racialmente segregadas. Tres años más tarde, Central High School seguía estando rígidamente segregada. Sin embargo, el 4 de septiembre de 1957, nueve estudiantes negros estaban matriculados para asistir a clases allí por primera vez.

El mundo observaba. Nuestros miembros también observaban. Nuestra Unión ya tenía un precedente de luchar por la igualdad de derechos, y muchos miembros conocían de primera mano el prejuicio y el dolor y el daño que este infligía. Sin duda alguna, ellos sentían un vínculo especial con los valientes estudiantes que estaban preparados para ponerse a riesgo. Una de ellos, Elizabeth Eckford, era la sobrina de Scotty Eckford, el secretario de actas del Local 6.

El Gobernador Orval Faubus había dado la orden de movilizar a los soldados de la Guardia Nacional de Arkansas. El 4 de septiembre por la mañana, soldados armados con bayonetas en sus rifles les prohibieron la entrada a los estudiantes negros a la escuela secundaria pública a la que tenían derecho a asistir. A sus compañeros de clase blancos se les permitió atravesar las barricadas y entrar a la escuela.

Historias noticiosas, cobertura de televisión, y fotografías que expresaban los deplorables eventos de ese día le dieron la vuelta al mundo. No hubo imágenes más impresionantes, ni más desgarradoras, que las de Elizabeth Eckford, que tenía 15 años.

Ella fue la primera en llegar, y estaba sola. Hubo multitudes de gente blanca que se le enfrentaron, la abuchearon, coreaban y le gritaban epítetos. Ella intentó entrar a la escuela tres veces. Cada vez que lo hizo, los soldados le impidieron que entrara y, la tercera vez, le ordenaron que se marchara.

Ella fue caminando hacia la parada del bus, en busca de un bus que la llevara a un lugar seguro. Hay una foto, que es una de las imágenes más perdurables del movimiento de los derechos civiles en los Estados Unidos, que la muestra caminando para alejarse de la escuela. Es obvio que está descarnadamente sola, y a una distancia sorprendentemente corta de los que están al frente de la nutrida multitud aterradora de gente blanca que la persigue.

Es imposible mirar esa mordaz fotografía sin tratar de entender lo que podría haber estado pensando y sintiendo en ese momento la joven Elizabeth Eckford. Es doloroso contemplar lo aterrorizada que tiene que haber estado y lo sola y vulnerable que tiene que haberse sentido.

Debe reconocerse que muchos de nuestros miembros en aquel momento sí intentaron analizar lo que ella y los otros ocho estudiantes, Minnijean Brown, Ernest Green, Thelma Mothershed, Melba Patillo, Gloria Ray, Terrance Roberts, Jefferson Thomas, y Carlotta Walls, no solo pensaban y sintieron aquel día sino además durante todo ese año escolar que comenzaba. Ellos respetaron el valor y la dignidad que habían demostrado los estudiantes, se preocuparon por las desgarradoras experiencias que habían soportado, reconocieron la fortitud que tuvo que haberle tomado a cada uno de ellos para simplemente ir a la escuela cada día, sin saber el precio que tendrían que pagar por hacerlo.

Durante ese proceso mental, no obstante, nuestros miembros tuvieron presente que esos admirables jovencitos eran solo adolescentes a pesar de la madurez que demostraron consistentemente al mundo que los observaba. Y, en su admirable determinación para obtener una buena educación, sacrificaron diariamente los gustos, las aventuras, y la sencilla alegría que debe caracterizar a esos años.

Nuestros miembros decidieron hacer lo que pudieran para lograr que se reconociera a ese valiente grupo y se le honrara adecuadamente por promover de tan extraordinaria forma la lucha por la igualdad de derechos para todos en nuestro país. También determinaron hacer su mejor esfuerzo por proporcionarle al grupo un conjunto de experiencias que les alegrara el semblante a esos jóvenes y les incorporara un poco de júbilo y alegría en sus vidas.

Teniendo en mente esas metas, nuestros miembros aportaron sus considerables talentos para planear y organizar y lograron crear un plan que convirtieron en realidad. Ellos consideraron la magnitud de lo que habían arriesgado los Nueve y lo que estos habían logrado. La decisión no se hizo esperar. Nuestra Unión honraría a cada uno de ellos concediéndoles en conjunto su premio de Mejores Relaciones Raciales. Se trasladaría, por cuenta y gasto propio, al grupo completo a la Ciudad de Nueva York, donde se le presentaría el premio. Después de la ceremonia, nuestra Unión les ofrecería disfrutar un poco de la Ciudad de Nueva York de manera que pudieran acumular un caudal de experiencias positivas y felices recuerdos para llevarse consigo.

El 12 de junio de 1958, tuvo lugar la entrega de premios en el auditorio Gertrude Lane en la Unión. La impresionante ceremonia se desenvolvió frente a un numeroso público entusiasta de orgullosos miembros, así como de conocidos oradores e invitados, incluyendo a Roy Wilkens, el director ejecutivo de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color, y el Gobernador de Nueva York Averell Harriman. Estuvieron presentes numerosos reporteros y fotógrafos para grabar el evento. El Senador de EEUU Jacob K. Javits, que estaba comprometido por una sesión nocturna del Senado, envió un telegrama de felicitación a los estudiantes que se leyó en la reunión.

Elizabeth Eckford y Ernest Green, que fueron los primeros estudiantes negros que se graduaron de la escuela Central High School, hablaron en nombre de su grupo. Con la presentación del premio que se les hizo en 1958, los estudiantes fueron los quintos beneficiarios del premio de Mejores Relaciones Raciales del Local 6. La magnitud de sus logros colectivos fue resaltada por el hecho de que el beneficiario del año anterior había sido el Reverendo Dr. Martin Luther King, Jr.

Al leer los recuentos de este conmovedor evento uno siente melancolía por no haber estado presente. Nuestros miembros acogieron a esos jóvenes en sus corazones; un miembro que estaba presente escribió más tarde que "El heroísmo de los estudiantes fue recibido con una respuesta profunda. Se mostró en cada semblante que ellos conocieron, y llenó el ambiente de una intensa ternura y emoción."

En los días siguientes a la ceremonia, nuestros miembros les mostraron a los estudiantes diversos aspectos de la Ciudad de Nueva York, y nuestra ciudad los acogió calurosamente. El Alcalde Robert F. Wagner reorganizó su agenda de manera que pudiera darles personalmente la bienvenida al Ayuntamiento y estrecharles la mano. El Secretario General de las Naciones Unidas Dag Hammarskhold y el Subsecretario General (y ganador del premio Nobel de la Paz) Ralph Bunche abandonaron sus apremiantes agendas para conocer y hablar personalmente con los estudiantes, quienes después disfrutaron de un almuerzo privado con diversos funcionarios de la ONU y una excursión especial de la impresionante sede de las Naciones Unidas.

En el programa que nuestra Unión les preparó a los estudiantes también se incluyeron actividades sencillas de diversión. Se les llevó a ver la Estatua de la Libertad. Les hicieron una visita en los camarotes del teatro a Lena Horne y Ricardo Montalbán, que eran las estrellas de la exitosa obra musical "Jamaica" en Broadway, y entonces ocuparon sus asientos para ver el espectáculo. Probaron la comida de Nueva York, incluyendo una visita a Lindy's, el famoso delicatesen y restaurante que atraía a la gente del espectáculo y otras celebridades de la época. Y, desde luego, hubo un animado día en el parque Coney Island, donde los estudiantes aparentemente disfrutaron inmensamente de montarse en las atracciones famosas tales como el Cyclone, el salto en paracaídas, el carrusel, y los carros locos, por nombrar algunos de los que probaron.

Actividades que hicieron sonreír y reír a los estudiantes, cálidos abrazos de nuestros miembros, tanto negros como blancos, la esperanza era que el desahogo en Nueva York que les proporcionó nuestra Unión fuera un antídoto para algo del profundamente venenoso racismo que cada uno de los Nueve había tenido que tolerar a partir del 4 de septiembre de 1957, el día que cambió sus vidas para siempre.

Ese día, y en las semanas, meses y años inhumanamente difíciles que siguieron, cada uno de los estudiantes que llegaron a conocerse como los Nueve de Little Rock demostró un valor, una dignidad y una determinación inimaginables. Minnijean Brown, Elizabeth Eckford, Ernest Green, Thelma Mothershed, Melba Patillo, Gloria Ray, Terrance Roberts, Jefferson Thomas, y Carlotta Walls ganaron y merecieron crecidamente sus lugares de honor en la historia de este país.

En agosto de 1958, una edición especial de la revista de la Unión, Hotel and Club Voice, se enfocó en el compromiso inquebrantable de nuestra Unión con la lucha por la igualdad de derechos. Esa edición, en secciones que están reimpresas aquí, destacaba a esos nueve jóvenes que contribuyeron tan grandemente al progreso de esa lucha. Nuestra Unión estuvo entre las primeras entidades en reconocer la magnitud de sus contribuciones y, más de cincuenta años más tarde, sus acciones continúan inspirándonos.

El premio de los Derechos Civiles del Local 6 de 1958

Los Nueve de Little Rock con su premio del Local 6. Al frente: Gloria Ray, Elizabeth Eckford, Carlotta Walls, Minniejean Brown, Melba Patillo, Thelma Mothershed. De pie: Terrance Roberts, Jefferson Thomas, Ernest Green.

HOTEL AND CLUB VOICE
Agosto de 1958
Su lucha en Little Rock le agrega brillo a la antorcha de la Libertad

Un Gobernador, un Alcalde, un Senador, líderes laborales nacionales y locales y personalidades de todos los ámbitos sociales se unieron al Local 6 el 12 de junio para honrar a nueve estudiantes de escuela secundaria en Little Rock por haber hecho el mayor esfuerzo por promover la causa de los derechos civiles y la igualdad de derechos este año pasado.

El premio anual del Local 6 de Mejores Relaciones Raciales se les presentó a esos nueve por lo que el Presidente Carl Schutt describió como "su dignidad y valor inquebrantable durante el tenso año escolar que recién ha terminado". Inscritos para siempre entre los héroes y las heroínas de Estados Unidos en la lucha por una democracia total quedaron los nombres de los ganadores del premio del Local 6 de 1958: Minnijean Brown, Elizabeth Eckford, Ernest Green, Thelma Mothershed, Melba Patillo, Gloria Ray, Terrance Roberts, Jefferson Thomas, Carlotta Walls.

Aunque los enemigos de las escuelas no segregadas incluso actualmente se esfuerzan incesantemente por evadir la decisión de la Corte Suprema de EEUU y violar el Artículo XIV de la Constitución de EEUU, una Unión, el Local 6, al honrar a esos nueve, enfocó la atención nacional en la necesidad de ponerle fin a la plaga no democrática de la discriminación en nuestro país.

Han pasado 20 años desde que se fundó el Local 6. En todo ese tiempo, este se ha opuesto implacablemente a la discriminación en todas sus formas. La Unión le puso fin a los días en que las gerencias enemistaban a los afroamericanos y los grupos minoritarios con los trabajadores blancos para mantenerlos divididos, no organizados y explotados.

Esa historia de 20 años... y lo queda por hacer... se omitió la edición de julio de THE VOICE para destacarla y repasarla en esta edición especial ampliada de agosto. Para este ambicioso proyecto, el consejo editorial de THE VOICE desea reconocer la ayuda invaluable de los redactores de HOTEL VOICE, el periódico semanal del Hotel Trades Council, y del presidente del Council, Jay Rubin. Inspirados por el ejemplo de los Nueve de Little Rock, albergamos la esperanza de que esta edición especial aumente el entendimiento y la determinación de erradicar completamente la discriminación en nuestra industria, ciudad, estado y nación.

Little Rock y nuestro propio traspatio

La famosa estrella cantante de Broadway, abrió la reunión de los Premios con el himno nacional y deleitó al público con canciones durante la noche.

Se requieren grandes actos de heroísmo en muchas áreas de nuestro país para conseguir derechos democráticos simples y elementales. Más de 6,000 de nuestros miembros votaron a favor de honrar dicho heroísmo a principios de este año cuando seleccionaron a los nueve estudiantes de Little Rock como ganadores del premio anual del Local 6 de Mejores Relaciones Raciales.

Les ofrecemos nuestra más profunda admiración a aquellos en el sur que literalmente ponen en peligro sus vidas cuando intentan afiliarse u organizar una Unión; obtener oportunidades educacionales no segregadas e igualitarias, o se atreven a intentar inscribirse para votar. Es meritoria la admiración de esa valentía. Sin embargo, también debemos sentirnos profundamente alarmados con esa realidad.

Mientras los empleadores sureños se sientan en libertad de usar la supremacía blanca para dividir a los trabajadores e impedir la organización de la Unión, más tendrán que encarar los trabajadores organizados la doble amenaza de un área competitiva sin Unión y bajos salarios y sus representantes políticos en el Congreso bloquearán o impondrán concesiones a toda la legislación social y laboral que sea la más vital para los intereses de la gente trabajadora.

Thelma Carpenter, la famosa estrella cantante de Broadway, abrió la reunión de los Premios con el himno nacional y deleitó al público con canciones durante la noche.

Nosotros en el movimiento laboral tenemos que analizarnos aguda y críticamente. Tenemos que preguntarnos por qué, como la fuerza organizada mayor en el país dedicada a la democracia política y el progreso económico, no hemos podido cambiar esta situación básicamente no democrática.

Se dice correctamente que, si todos tuvieran el derecho al voto en el sur, ese solo hecho cambiaría todo el carácter retrógrado y reaccionario de esa área y de sus representantes políticos. En Nueva York, solo tenemos que salir a caminar y firmar nuestro nombre para inscribirnos. Si suficientes de nosotros lo hiciéramos en solo unos cuantos distritos, los 27,000 miembros del Local 6 podrían muy bien ser la influencia decisiva sobre qué clase de candidatos se nominarían y elegirían.

Actualmente se necesitan candidatos que combatan la impía combinación de provocadores laborales, supremacistas blancos y políticos petulantes y cínicos que arrasan con los derechos de los trabajadores, la gente afroamericana y los grupos minoritarios, o que hacen muy poco o nada para detenerlos.

Nosotros en el Local 6 estamos tomando medidas especiales este año para cerciorarnos de que nuestros miembros registren su influencia de una manera tan efectiva en las urnas electorales como lo hacemos en los talleres de la Unión. Aunque admiramos y alabamos la valentía de los Nueve de Little Rock, tenemos que cerciorarnos de que en nuestro propio traspatio ejerzamos nuestro valioso derecho a votar y a nombrar candidatos que promulguen garantías democráticas firmes que borren la necesidad de tener un valor y una abnegación excepcionales para ejercer los derechos democráticos elementales.

Por un heroísmo bajo fuego en la lucha por la igualdad de derechos

La lista de invitados de líderes políticos, cívicos y laborales prominentes era tan sumamente larga para el premio de este año que se construyó una extensión especial a la plataforma, bordeada de flores, para poder sentarlos a todos. Se puede ver al Presidente Carl Schutt en la tarima al comienzo de la reunión.

El premio anual del Local 6 de Mejores Relaciones a nueve estudiantes de escuela secundaria en Little Rock culmina 20 años de la lucha de la Unión por la igualdad de derechos para todos.

Enfocados por completo en el Local 6 este 12 de junio pasado, los ojos de la nación americana, cámaras de televisión, manadas de fotógrafos de prensa alzando sus voces, reporteros de los diarios y asociaciones de prensa importantes, presenciaron una tremenda exclamación de entusiasmo y dedicación en nombre de la igualdad de derechos para todos. En ese día, el Local 6 surgió en la escena nacional, tomando su completo y correspondiente lugar en el escenario de la historia que culmina 20 años de lucha por los derechos civiles, la igualdad de oportunidades, y viviendas, escuelas y empleos no segregados.

En el escenario del auditorio Gertrude Lane estaban sentados los nueve estudiantes afroamericanos de la escuela secundaria Central High School, de Little Rock, Arkansas, que el Local invitó a volar a Nueva York para recibir el premio anual de la Unión de Mejores Relaciones Raciales. En torno a ellos estaban sentados los funcionarios generales del local, los miembros del consejo ejecutivo del Hotel Trades Council, dignatarios de la vida pública, líderes laborales y funcionarios de la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color.

El Gobernador de Nueva York, Averell Harriman, les dijo a los miembros de la Asamblea y los delegados del Taller del Local 6, que abarrotaron el auditorio que "Estoy aquí para unirme a ustedes para homenajear a estos nueve muchachos a quienes hemos observado durante los últimos nueve meses con muchísima preocupación, admiración y esperanza”.

La ciudad les da la bienvenida

En los escalones del histórico Ayuntamiento de la Ciudad de Nueva York, se ve a los Nueve de Little Rock con los líderes del Local 6 en camino a recibir la bienvenida oficial del Alcalde.

La Ciudad de Nueva York les abrió su corazón a los valientes estudiantes de Little Rock y el Alcalde Robert F. Wagner lo hizo oficial cuando canceló sus compromisos fuera de la ciudad para darles personalmente la bienvenida en el Ayuntamiento.

En la mañana del viernes 13 de junio, se hizo oficial lo que ya era un hecho, que los Nueve de Little Rock se encontraban entre los invitados más bienvenidos que jamás había recibido la Ciudad de Nueva York. Aunque el Alcalde Robert F. Wagner tenía un compromiso previo fuera de la ciudad contraído hacía largo tiempo en el momento que estaban próximos a llegar los Nueve de Little Rock, este demostró todo el entendimiento y reconocimiento de Nueva York hacia su amargo año cancelando el compromiso y dándoles personalmente la bienvenida en el Ayuntamiento.

Rindiéndole gran homenaje al Local 6 por presentarles su premio anual de relaciones raciales a los nueve, el Alcalde les dijo a los jóvenes estudiantes que se sentía “muy orgulloso” de darles la bienvenida. El Alcalde indicó que, aunque la Ciudad de Nueva York se encuentra a la vanguardia de la batalla por los derechos civiles, queda mucho por hacer para combatir la discriminación.

El Alcalde dijo que "Todos los presentes los tendremos a ustedes en nuestros corazones y ustedes serán uno mismo en espíritu con nosotros en nuestra lucha sostenida para erradicar los últimos vestigios de la discriminación."

La Sra. Daisy Bates, presidente de la NAACP de Little Rock, a su vez, le dijo al Alcalde que, después de ocho meses de un “trato sumamente desagradable, creo que los muchachos necesitaban exactamente la clase de recibimiento que han tenido en la ciudad".

En cuanto a Minnijean Brown, que fue expulsada de la escuela Central High en Little Rock por "responder" al trato cruel por parte de los estudiantes blancos, la Sra. Bates dijo que la bienvenida y el tiempo pasado en una escuela en Nueva York habían restablecido la fe de Minnijean en la democracia. La Organizadora General Betty Bentz respondió en nombre de la Unión a las palabras del Alcalde Wagner.

Carl Schutt - Presidente de Local 6

CARL SCHUTT

A continuación se presentan los puntos destacados del discurso del Presidente del Local 6 Carl Schutt en la reunión del 12 de junio en la que se les presentó el premio del Local 6 de Mejores Relaciones a los nueve estudiantes de Little Rock.

Nos reunimos aquí esta noche poco después de cumplirse cuatro años del 17 de mayo de 1954, que fue el día en que la corte más alta de nuestra nación pronunció su histórica decisión de que, en el país de Jefferson, Lincoln y Franklin D. Roosevelt, es inconstitucional discriminar a todo alumno en nuestras escuelas públicas.

La Corte Suprema dictaminó el cumplimiento de su decisión con una “rapidez intencional”. Puede haber diversas interpretaciones de lo que significa intencional pero nosotros, los miembros de la Unión local culinaria mayor del mundo, entendemos tal vez mejor que la mayoría lo que significa rapidez que es un asunto de eliminar, de una vez y para siempre, las barreras que impidan la democracia que siempre ha sido la promesa de Estados Unidos.

Solo acelerando intencionalmente un final a la discriminación es que fue posible crear la institución poderosa y unida que tenemos actualmente, que ha logrado dignidad y una nueva vida para los trabajadores de hoteles y clubes en la Ciudad de Nueva York. Si no hubiésemos hecho esta nuestra piedra angular, ninguno de nosotros hubiese logrado los estándares que todos tenemos hoy en día. Y, cuando establecimos hace unos años nuestro premio de Derechos Civiles, fue con el propósito intencional de promover a nivel nacional la lucha por los derechos civiles completos que habíamos llevado a cabo con tanto éxito en nuestra propia industria.

Es debido a que demasiada gente en algos puestos están deliberando en lugar de esforzándose para acelerar la completa implementación de la decisión de la Corte Suprema que algunas de las personas más ilustres de nuestro país, tales como nuestros invitados esta noche de Little Rock, se ven obligadas a demostrar un valor casi sobrehumano para garantizar su derecho constitucional de una oportunidad a una educación igualitaria, sin discriminación.

Estos jóvenes tuvieron ese valor para encarar y soportar el abuso, las provocaciones, las humillaciones que les fueron lanzadas debido a su determinación a lograr una buena vida y su proporción de derechos humanos y de dignidad humana. La lucha por los derechos civiles tuvo sus inicios en el colonialismo económico del sistema de plantaciones. Después de la Guerra Civil hubo una competencia amarga por los trabajos y por la tierra para cultivar. La mayoría blanca usó el prejuicio de la raza, o la tal “supremacía blanca”, para reclamar los trabajos y la tierra por los que todos competían.

Ahora bien, en el industrialismo en desarrollo del sur, los empleadores no partidarios de las Uniones han encontrado listas para usarse las mismas armas de racismo y segregación para impedir la organización de la Unión, con sus resultantes niveles de vida más altos. No es el prejuicio racial lo que es el problema en sí. La meta es la organización de la Unión, que conlleva oportunidades económicas para todos, independientemente de su raza, color o credo. Cuando existe la segregación, uno encuentra leyes de derecho al trabajo, lucha contra la Unión, y las escalas salariales más bajas. Nosotros consideramos que la causa de la segregación es económica.

El prejuicio es una fuerza divisiva y un arma poderosa en la estrategia de dividir y conquistar, ya sea usada por Hitler o por los empleadores no partidarios de las Uniones. Aquí en el Local 6, reconocemos esa verdad, tal como lo hacen los unionistas juiciosos. Nuestro poder, nuestro crecimiento proviene de la unidad de nuestros miembros. Con la debida modestia, podemos decir que el Local 6 es prueba fehaciente de que la gente de todas las razas, credos y nacionalidades pueden trabajar juntos, organizar juntos, y juntos mantener una fuerza indivisible para el logro de nuestra meta común de tener una vida mejor.

Los preceptos de los derechos civiles son los preceptos de nuestra vida. El Local 6 está dedicado a la creencia que un movimiento laboral sólido y creciente puede existir solo en una sociedad que cumpla sus promesas de libertad y de igualdad de derechos para todos. Nuestros objetivos para el futuro son esperanzadores y amplios. Tenemos la ferviente esperanza de que nuestra reunión aquí esta noche haga brillar un foco nacional en el valor de esos estudiantes, y contribuya a crear más rapidez y menos deliberación en el logro de nuestra meta común.

Averell Harriman - Gobernador de Nueva York  

AVERELL HARRIMAN

A continuación se presentan los puntos destacados del discurso pronunciado en la reunión de premios de Mejores Relaciones Raciales del Local 6 por Averell Harriman, Gobernador de Nueva York.

Esta noche, yo he venido aquí como vinieron ustedes, no para pronunciar un discurso, sino para escuchar y participar con ustedes en hacerles homenaje a estos nueve estudiantes que hemos observado durante los últimos nueve meses con mucha preocupación, con muchísima admiración, gran afecto, y mucha esperanza. Hemos aprendido mucho de ellos durante los últimos nueve meses. La labor que ellos han hecho y el valor y la dignidad de estos jóvenes en la escuela Little Rock High School nos sirve de ejemplo a todos nosotros y a toda la nación en conjunto.

Y nos hace pensar a todos cuál es nuestra función en conexión con este asunto de la discriminación. Actualmente es el asunto de mayor controversia en nuestro país. No es solo un asunto legal, como ya se ha mencionado, sino que realmente es el asunto moral de mayor importancia en nuestra historia. No puede haber ninguna pregunta sobre su resultado. La única pregunta es el tiempo. No tenemos tiempo para paciencia y tolerancia. La gente del mundo tiene su vista en nosotros para que demostremos liderazgo, un liderazgo en la gran lucha internacional.

Cómo es posible que ellos esperen nuestro liderazgo a no ser que vivamos según los principios en los que se fundó nuestra nación: Igualdad y dignidad para todo individuo; Igualdad de oportunidad; Igualdad de respeto. No puede haber concesiones sobre esto. No puede haber marcha atrás. No puede haber titubeo.

El liderazgo que han demostrado en Arkansas la Sra. Bates y sus colegas de la NAACP, y los muchachos que se comprometieron a seguir adelante con su responsabilidad de llevar a cabo la gran decisión de la Corte Suprema, merecen nuestro respeto y nuestra gratitud. He venido aquí esta noche para unirme a ustedes para expresarles esto a ellos. Sin embargo, a medida que consideramos este asunto, todos tenemos una labor que tiene que hacerse.

El Local 6 ha hecho algo admirable esta noche al identificar a estos nueve jóvenes para recibir su premio. La decisión de la Corte Suprema va a acatarse no solo porque es la ley local. Desde luego, las leyes tienen que obedecerse, pero va a acatarse y tiene que acatarse porque es moralmente correcto hacerlo.

Creo que debemos llamarle al pan, pan y al vino, vino y una de las situaciones poco dichosas en que nos encontramos en este país es que el Presidente de los Estados Unidos habla de las decisiones de la Corte Suprema como decisiones que deben acatarse porque representan la ley. Ahora bien, eso no es suficiente, les repito. El Presidente de los Estados Unidos debe decir que estas deben acatarse porque existe un principio moral en todo esto y ese principio es el principio en el que se fundó nuestra nación. Este debe pronunciarse sobre el tema y alentar a todos los hombres y mujeres de buena voluntad en toda la nación. Como Gobernador de su estado, yo siento que tengo la obligación de pronunciarme al respecto.

Un día, la historia señalará el valor demostrado por los estudiantes afroamericanos de Little Rock ante la acción tanto oficial como de la multitud para mantenerlos alejados de la escuela. Ellos son los verdaderos héroes. Y ellos ocuparán un nicho en los anales de la nación.

Considero que todo Gobernador tiene una obligación en nuestra nación, el Gobernador de Arkansas, el Gobernador de cada uno de los estados, de defender la ley y de apoyar a esas buenas personas en cada estado que quieren hacer lo correcto, y que quieren llevar adelante los principios de nuestra nación y verdaderamente el apoyo de la Constitución.

Lo he dicho y lo repito nuevamente esta noche que, cuando el Gobernador de Arkansas, con el nombre de Faubus, le pida a la Guardia Nacional no que defienda la ley sino que la desafíe, este no se está comportando como un americano. Yo creo que ese señor Faubus quedará registrado en la historia como la palabra "linchar" o la palabra "vende patrias" u otros nombres de hombres que han sido recordados como alguien que dejó de cumplir su deber, como un hombre que usó su cargo público contra el interés público en lugar de cumplir con su juramento al cargo.

Si vamos a decir cosas como estas, nosotros aquí en Nueva York tenemos que contribuir a lograr progreso en la eliminación de la discriminación que aún existe aquí mismo en esta ciudad y este estado nuestros. A pesar de la oposición, me complace decir que hemos logrado cierto progreso en los últimos tres años y creo que podemos sentirnos satisfechos. Hemos logrado progreso en el tema del empleo, en el derecho al progreso según las habilidades y capacidades de la persona y su interés en trabajar.

Una de las cosas agradables que han ocurrido es que hemos persuadido a dos de las aerolíneas a emplear azafatas afroamericanas. Una de ellas era empleada de la aerolínea en Nueva York y la otra era de International Airlines y, cuando la encantadora joven viaje alrededor del mundo, esto contribuye a contrarrestar las fotos que aparecieron en las primeras planas de los diarios de estos jóvenes que los soldados impidieron entrar a la escuela.

Entones tenemos el asunto de la vivienda. Creo que debemos darle gran crédito a aquellos que pelearon en el Consejo Municipal aquí en Nueva York para que se aprobara una ley para acabar con la discriminación en las viviendas múltiples privadas, siendo la primera ciudad en la unión que tenga una ley como esta en sus libros.

Hace ya dos años que hemos tenido legislación de esa clase en la legislatura y yo la he apoyado ambos años. Ahora, unamos fuerzas y logremos aprobarla en todo el estado de manera que podamos ser el primer estado en tener una ley de esa naturaleza en nuestros libros. Sin embargo, no es suficiente tener leyes en nuestros libros. Las leyes tienen que cumplirse. Tenemos derecho a exigirle a la gente en todos los Estados Unidos que deje a un lado sus prejuicios heredados por el bienestar de nuestro país y la seguridad de nuestra nación.

Yo quiero que estos nueve estudiantes se vayan de Nueva York con un sentimiento y es que en Nueva York sentimos cariño y afecto por ellos. Esa es una doctrina que tenemos que predicar: cariño y afecto hacia nuestros vecinos, cariño y afecto hacia todos los jóvenes que están creciendo y cariño y afecto hacia todos los ciudadanos que están listos para acatar los principios en los que está fundada nuestra nación. Si nos adherimos a eso, vamos a marchar adelante juntos hacia principios más altos para todo nuestro país y para nosotros.

Quiero expresarles a ustedes los del Local 6 mis felicitaciones, a cada uno de ustedes, por este encomiable gesto que ustedes han hecho. Es un ejemplo para todos nosotros en el estado, un ejemplo para la nación. Sigan adelante con su buena labor.

Ustedes son una inspiración para su Gobernador, así como lo son para todos los demás que han tenido la oportunidad de observar la admirable labor que ustedes han estado haciendo de manera consistente para eliminar los prejuicios y para darles a todos una oportunidad justa de manera que el gran beneficio y la felicidad a los que todos los americanos tienen derecho se extienda a todas las familias en nuestro estado y en la nación.

Jay Rubin - Presidente de HTC

Jay Rubin

A continuación se presentan los puntos destacados del discurso pronunciado en la reunión de premios de Mejores Relaciones Raciales del Local 6 por Jay Rubin, Presidente del Hotel Trades Council.

Me siento honrado de que nuestra membrecía haya votado a favor de concederles este año el premio a los héroes de Little Rock. Me siento especialmente complacido de que fue una Unión laboral. Me siento más que complacido que fue nuestra Unión quien lo hizo. El motivo por el que me siento tan orgulloso es porque quiero que no solo ustedes, sino que también los héroes de Little Rock, sepan que fue el movimiento laboral, el movimiento de la Unión laboral de este país, que siempre estuvo en el liderazgo de la lucha por los derechos de la gente. Podía haber sido la lucha por abolir los talleres de explotación laboral, o por establecer las escuelas públicas, o por integrar a los trabajadores en el trabajo. Sobre estos y muchos otros temas, el movimiento laboral siempre ha estado listo para luchar por el bienestar de la gente.

En nuestra propia Unión hemos continuado sosteniendo esa lucha desde nuestro comienzo. Yo quiero que estos muchachos de Little Rock sepan que la Unión hotelera es una Unión de toda la gente. No hay una nacionalidad en el mundo que uno no encuentre entre los trabajadores de la industria hotelera.

Yo también quiero que ustedes los jóvenes sepan que hace 20 años, antes de que se estableciera nuestra Unión, la industria hotelera era una industria blanca como los lirios y que no se permitía a los afroamericanos que trabajaran en ella. Ni tampoco a otros grupos de minorías. Fue necesaria una lucha de 20 años para que pudiéramos decir hoy que en la mayoría de los departamentos existen grupos mixtos en el trabajo, afroamericanos y blancos. Esta integración en el trabajo ha tenido tanto éxito que nadie que vea los resultados puede dudar de lo correcto de la integración en las escuelas o en ningún otro lugar.

Pero aún existen hoteles blancos como los lirios. Aún existen departamentos blancos como los lirios en algunos de los hoteles. Nuestra lucha no ha terminado aún para intentar lograr que los trabajadores afroamericanos en nuestra industria sean promovidos a mejores puestos, a puestos avanzados, de manera que se aumente su poder adquisitivo. Nuestra lucha contra la discriminación no solo es una lucha por los afroamericanos.

Otro problema en nuestra industria actualmente está representado por los miles de puertorriqueños a quienes se les discrimina y a quienes en muchos casos se les dan los empleos más insignificantes. Tenemos que luchar también por eliminar esta discriminación y establecer el derecho de estos trabajadores puertorriqueños a que se les promueva exactamente como a cualquier otra persona.

Quiero decirles a nuestros jóvenes invitados de Little Rock que su lucha ha sido una inspiración para todos nosotros. Hay mucha gente que se ha olvidado de las luchas en las que otros hicieron grandes sacrificios para que nosotros podamos disfrutar de nuestros beneficios actuales y nuestro actual nivel de vida. Y algunos son tan olvidadizos que se están sometiendo a actitudes retrógradas. Estos dicen que "¿Por qué debemos luchar por las escuelas integradas; dejemos que tengan escuelas separadas. Tengamos casilleros separados para los afroamericanos. Tengamos casilleros separados para los puertorriqueños."

Efectivamente, hay alguna gente así. Y hay algunos, e incluso algunos son demasiados, que dicen que "¿Por qué debemos sobresalir y defender este y otros temas? Sometámonos. No causemos problemas. Sigamos con las cosas tal como están." Una actitud como esa solo puede retroceder a nuestro país, y solo puede frenar nuestro progreso.

La lucha de estos muchachos, que no se fueron por la vía fácil, nos ha inspirado y ha reforzado nuestro sentimiento de que no podemos simplemente ser espectadores. No podemos decir que "Dejemos que lo haga Jorge", que no nos afecta. Sí nos afecta grandemente. Estos muchachos nos han inspirado a continuar la lucha y, les hago hincapié, a continuarla aquí mismo así como apoyarlos a ellos en el sur.

Permítanme decirles también muchachos que, a pesar de que ustedes van a ver a Nueva York, ustedes van a ver sus aspectos más relucientes. No hay duda que, en comparación con la atmósfera en Little Rock, Nueva York es un paraíso. Pero sí existe discriminación en Nueva York.

Hay viviendas en donde no se admiten las minorías, y hay otros lugares donde se encuentra discriminación. Existen clubes privados, que aún no están cubiertos bajo las leyes contra la discriminación del estado de Nueva York. ¡Esos clubes tienen el derecho legal a discriminar a los afroamericanos que vengan a trabajar allí! Esta es una campaña que tenemos que continuar llevando adelante.

Nuestra lucha aquí los ayudará a ustedes a mantener la lucha en el sur. La inspiración de ustedes nos ayudará a no estar al margen, sino a continuar esta lucha. De manera que no podemos simplemente estar satisfechos siempre y darnos una palmadita en la espalda y decir que todo va bien.

Tenemos un buen gobernador pero este tiene una legislatura Republicana. Ellos obstaculizan sus esfuerzos por avanzar la lucha por la igualdad de derechos. Le decimos al Gobernador que "Usted está en el camino correcto. La gente de Nueva York lo apoya. El establecimiento de la igualdad es la base para la fundación de la democracia, para la organización de los trabajadores."

Ahora déjenme decirles que el motivo por el que los enemigos de la igualdad están teniendo éxito con sus políticas es porque el movimiento laboral en el sur no está organizado. El motivo por el que ellos tienen éxito es que ellos han mantenido divididos a los trabajadores, exactamente como nos mantuvieron a nosotros divididos en la industria hotelera de Nueva York, para impedirnos que nos organizáramos. La lucha por la igualdad y la lucha por el derecho a organizar y negociar colectivamente con los empleadores tienen que ir de la mano.

Le decimos a estos muchachos, les prometemos, que los apoyaremos. Su inspiración será una guía para todos nosotros. Y ustedes los delegados en los hoteles tienen que ser quienes se encarguen de que ningún hotel en esta ciudad siga siendo blanco como los lirios.

Betty Bentz - Organizadora General de HTC

BETTY BENTZ

A continuación las palabras pronunciadas por la Organizadora General del Local 6 Betty Bentz, que es Presidente del Comité de Derechos Civiles del Local 6, en la presentación del premio de Mejores Relaciones de 1958 a los Nueve de Little Rock.

El 17 de mayo de 1954, la Corte Suprema de los Estados Unidos dictó una decisión que respondía a una pregunta histórica: "¿Priva la segregación de los niños en las escuelas públicas, exclusivamente basada en la raza, de oportunidades educacionales equitativas a los niños del grupo minoritario? Sostenemos que sí lo hace."

Esta fatídica decisión sostenía, en resumen, que la educación pública segregada es inconstitucional. Esta decisión representó un gran hito en la historia americana, en nuestra marcha hacia la igualdad de oportunidades para todos nuestros ciudadanos.

Sin embargo, una nueva ley o un nuevo decreto no produce automáticamente resultados. La igualdad escolar para los estudiantes afroamericanos no se logró de un día para otro, ni tampoco para el próximo curso escolar. De hecho, tres años después de la decisión de la Corte Suprema, el gobierno federal tuvo que movilizar sus tropas a Little Rock para salvaguardar la democracia.

Bajo los ojos de un mundo observador, a nueve estudiantes afroamericanos de escuela secundaria se les permitió así ejercer los derechos que se les habían garantizado en la Constitución.

Esos nueve estudiantes de Little Rock afrontaron la amenaza de la violencia del tumulto. Aunque había tropas afuera de la escuela, en los casilleros, los gimnasios, las aulas escolares, los corredores y las escaleras internas, esos nueve estudiantes estaban por su cuenta, unos poquísimos en un mundo hostil.

Esta es la historia del progreso. La grandes obras son hechas por hombres que van a su trabajo o estudiantes que van a la escuela. Alguien tiene que hacer primero las tareas difíciles.

Esos estudiantes tuvieron que enfrentar un muro de prejuicio y hostilidad y no obstante, a pesar de ello, lograron aplicarse a sus libros, obedecer todas las reglas y ser más perfectos que el otro estudiante. Se requiere una clase especial de valentía para encarar todo eso y para vivir con eso día tras día. Esta noche honramos esa valentía.

El año pasado, la escuela Central High School en Little Rock, Arkansas, se convirtió en un laboratorio de cambio social. Eso fue lo que sucedió en Little Rock. Esos estudiantes, bajo la protección de las armas de los soldados, hicieron amigos a medida que se incorporaron a la vida escolar. Y, si esto sucedió en la amarga Little Rock que estaba desgarrada por los conflictos, puede suceder en cualquier lugar. Este año pasado fue tenso y difícil para estos nueve estudiantes pero todos nosotros, en todas partes, nos beneficiamos de los resultados. Los honramos por eso.

Existe una leyenda de que los jóvenes de nuestro país son una "generación silente", que está satisfecha con lo que les ha tocado, solo ansiosa de adaptarse, temerosa de opinar o de emprender nuevos caminos. El valor de estos nueve estudiantes de Little Rock debe acallar todo eso sin demora. Esta tal “generación silente” obviamente están tan lista como lo estaba la nuestra, o tal vez más lista, para hacerse cargo de la tarea de hacer de todos los Estados Unidos lo que nuestra Constitución trazó hace tanto tiempo.

Aquí, en estos nueve jóvenes, tenemos prueba de que los mayores peligros y las mayores necesidades de nuestra época las enfrentarán con fortitud, con disposición y con inteligencia los jóvenes que están llegando a la madurez. Honramos a estos nueve estudiantes por hacernos esa valiosa promesa.

Nuestro premio de Mejores Relaciones Raciales simboliza nuestra actitud en este campo. Este caracteriza el hecho de que el movimiento unionista laboral está a la vanguardia de la lucha por la igualdad de derechos para todos, independientemente de su raza, procedencia, color o credo.

En esta plataforma ustedes encontrarán funcionarios del Local 6 que representan esa diversidad de libertad e igualdad. Encontrarán la igualdad representada en la configuración del liderazgo de nuestra Unión en los talleres. La encontrarán en nuestra historia; por ejemplo, nuestra participación el año pasado en la Cruzada de Libertad a Washington, en la lucha exitosa por el proyecto de ley para ponerle fin a la discriminación en la vivienda en la Ciudad de Nueva York, nuestro apoyo al proyecto de ley para abolir la discriminación en la vivienda en el Estado de Nueva York, nuestras políticas progresistas en todos los aspectos de este ámbito. No alegamos la perfección, pero apostamos nuestro honor a lograr mejores relaciones raciales en nuestra área y fuera de aquí.

Charles Zimmerman - Presidente del Comité de Derechos de AFL-CIO

CHARLES ZIMMERMAN

A continuación se presentan algunos de los comentarios hechos en la reunión del premio del Local 6 de Mejores Relaciones Raciales por Charles Zimmerman, Presidente del Comité de Derechos Civiles de AFL-CIO a nivel nacional.

Me siento muy complacido de estar aquí esta noche y de felicitar al Local 6 por la espléndida idea de establecer este premio, y especialmente este año por concedérselo a los jóvenes que simbolizan la lucha a lo largo y ancho de este país por la integración en las escuelas públicas. La gente aquí y en muchas comunidades a través del país, tanto afroamericanos como blancos, y tanto judíos como gentiles, los apoyan a ellos en esta lucha.

El Gobernador Faubus no representa a nuestro país. Yo creo que el Gobernador Harriman en su lucha por los derechos civiles representa mejor a este país y representa verdaderamente las tradiciones democráticas de nuestro país.

Como Presidente del Comité de Derechos Civiles de la AFL-CIO, quiero afirmar que el Local 6 está actualmente cumpliendo las disposiciones constitucionales del movimiento laboral fusionado por la lucha por los derechos civiles contra todo tipo de discriminación dondequiera que pueda surgir fuera o dentro del movimiento laboral. Vamos a luchar contra la discriminación sin tenerse en cuenta la forma en que se exprese, ya sea en las escuelas públicas, ya sea en el trabajo, ya sea en la vivienda, ya sea en la educación o en cualquier otra forma.

Los 16 millones de trabajadores organizados en este país están a favor de la integración. Ellos están en contra de todo tipo de discriminación. Ellos quieren la igualdad de oportunidades para toda la gente, para todos los trabajadores, sin tenerse en cuenta su raza, color o credo. Amigos, hay una fuerza extremadamente organizada en esta comunidad. Vamos a luchar y a demoler todas las piedras que encontremos en el camino y, ya sean piedras grades o pequeñas, las vamos a demoler todas.

Hulan Jack - Presidente del Distrito de Manhattan

HULAN JACK

A continuación se presentan algunos de los comentarios hechos en la reunión del premio del Local 6 de Mejores Relaciones Raciales por Hulan Jack, Presidente del Distrito de Manhattan.

Quiero agradecerle al Comité de Derechos Civiles de la Unión de los Empleados de Hoteles y Clubes, AFL-CIO, la invitación a participar en este programa memorable de rendirle homenaje a esos nueve estudiantes que demostraron un gran heroísmo, valentía y determinación para obtener una educación bajo la decisión de la Corte Suprema de 1954.

Lo que ocurrió en Little Rock resonó en todo el mundo. Nunca podemos hacer concesiones en lo que se refiere a la justicia, ni tampoco podemos tolerar los intentos para negarles a nuestros estudiantes la igualdad de oportunidades para adquirir una educación. Por lo tanto, toda violación de sus derechos tiene que enfrentarse con firmeza y resolución. Este reconocimiento al valor de esos estudiantes por parte de su Unión, que está tan inmensamente involucrada en los premios hechos a ellos, merece el mayor elogio y distinción.

Tomemos la decisión esta noche de que, en la tradición de nuestros ideales democráticos, no cejaremos jamás en nuestros vigorosos esfuerzos en la lucha sostenida para que haya derechos completos e igualitarios bajo la ley para todos nuestros ciudadanos, dondequiera que ellos se encuentren, independientemente de su raza, color, credo o nacionalidad.

Que los corazones y las mentes de todos nuestros ciudadanos aquí en Nueva York se sientan inundados con el espíritu de las reglas justas y la colaboración con el fin de que, al seguir el patrón de nuestra política municipal abierta, siempre lideraremos el camino para ponerle fin a la discriminación y la segregación y que siempre estaremos a la vanguardia para forjar una vida mejor para todos.

Y a estos nueve muchachos, nuestros encantadores muchachos, los alabamos, veneramos que ustedes nueve representen el espíritu y la conciencia de la nueva América.

Harry Van Arsdale, Jr. - Presidente del Consejo Central de Oficios y Trabajos de la Ciudad de Nueva York

HARRY VAN ARSDALE, JR.

A continuación se presentan algunos de los comentarios hechos en la reunión del premio del Local 6 de Mejores Relaciones Raciales por Harry Van Arsdale, Jr., Presidente del Consejo Central de Oficios y Trabajos de la Ciudad de Nueva York.

Esta noche es una gran noche para el movimiento laboral y una gran noche para nuestro país. La discriminación de todos los tipos es algo que todo el mundo tiene la responsabilidad de ponerle fin. No es, como estos jóvenes y sus partidarios han aprendido, un camino fácil y no va a ser un camino fácil.

Cuando tuve el gusto de conocer a estos nueve jovencitos, me vino a la mente una idea, "¿Cómo podría alguien, hombre, mujer, norteño, sureño, alguien que alegue ser miembro de la raza humana, ser mezquino con estos nueve encantadores niños americanos?"

Y, cuando uno se da cuenta de la gente que podría ser normal de muchas otras maneras, que fue responsable de la desgracia a nuestro país en Arkansas, le viene simplemente a la mente lo que pueden hacerle la intolerancia y el odio y el pánico a la gente que en otros aspectos es decente.

Yo creo que el Local 6 ha hecho una magnífica contribución. Lo que he visto aquí esta noche haré lo mejor que pueda para comunicárselos a las Uniones del Consejo Central de Oficios y Trabajos, porque todos tenemos que ser honestos con nosotros mismos. Toda la discriminación no es en el sur.

Más temprano esta noche, yo les comuniqué a 3,500 miembros de la Unión a la que tengo el honor de representar lo que ustedes iban a hacer este noche, y el hecho de que Jimmy O'Hara (Secretario del Hotel Trades Council) y yo habíamos sido invitados aquí. Hubo una respuesta instantánea de toda la membrecía, que indicó la extraordinaria aprobación que existe para gente como ustedes en el Local 6 y sus funcionarios y miembros, que han tenido el valor de hacer lo correcto. Quiero felicitarlos.

Les deseo a estos jóvenes todo género de éxitos en el futuro. Yo sé que su viaje a esta ciudad les inculcará indeleblemente las responsabilidades que ellos tienen de continuar la lucha que han llevado a cabo tan bien.

Roy Wilkens - Secretario Ejecutivo de la NAACP

Roy Wilkens, Secretario Ejecutivo de la NAACP, que ha liderado la lucha legal por la desegregación, informa a los invitados de Little Rock durante una visita a la NAACP.

A continuación se presentan algunos de los comentarios hechos en la reunión de entrega del premio Mejores Relaciones Raciales del 12 de junio por Roy Wilkens, Secretario Ejecutivo de la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (NAACP).

Quiero decir que ha sido un verdadero placer estar aquí nuevamente y conocer personalmente a tantos miembros del Local 6 quienes, yo siento, están allegados a la NAACP, pero, de manera más importante, están allegados a la lucha por la democracia industrial y social en este país.

Me parece a mí que el Local 6 a través de este homenaje, este premio, ha hecho algo que los hombres tienen libertad para hacer y que, de hecho, están obligados a hacer en toda sociedad libre, y es utilizar los métodos de dar a conocer sus convicciones sobre cómo debe funcionar la sociedad. Mediante los premios que ustedes conceden, mediante los votos que ustedes toman, mediante las políticas que ustedes siguen, ustedes contribuyen a aclararles al resto de sus compañeros ciudadanos de qué lado están ustedes.

Ahora bien, esta es una lucha sostenida. Esta es una lucha, como ya se ha dicho, para los judíos y los gentiles, los norteños y los sureños, los afroamericanos y los blancos, las personas que hablan español, tanto en la costa del este como en el sudoeste, y ha sido una lucha para alguna de nuestra otra gente en Estados Unidos del viejo continente, quien no fue aceptada inicialmente cuando llegó a estas costas.

Ellos tuvieron que combatir el prejuicio, tuvieron que luchar contra las restricciones, y tuvieron que combatir la discriminación. Muchos de ellos tuvieron que luchar para incorporarse a las Uniones laborales, incluso como los afroamericanos han tenido que luchar para incorporarse a las Uniones laborales. Había discriminación hacia tantos de ellos que no hay necesidad de pasar lista.

Sin embargo, siempre en una sociedad libre uno puede dar a conocer su posición, en lo que uno cree, y eso es lo que ha hecho el Local 6 esta noche con su premio a estos jóvenes de Little Rock.

No creo que tenemos que desalentarnos sobre esta lucha continua por la decencia dado que el hombre ha estado esforzándose por eso durante muchos siglos. Solo nos desalentamos cuando aquellos que deben manifestarse y pueden hacerlo, no lo hacen. Cuando adoptamos esa clase de actitud, entonces la democracia está a punto de desaparecer. Esto se debe a que, no lo duden, los hombres y mujeres que no quieren la democracia nunca duermen. Ellos están siempre alerta y no tienen escrúpulos ni principios éticos.

Nosotros tenemos no tan solo la expresión de nuestras opiniones y la selección de bandos, sino que tenemos la verdadera prueba en el fuego de las calderas. Ningún movimiento es victorioso, ni ninguna filosofía es triunfadora, ni ningún gobierno llega a ocupar el poder, sin aquellos que realmente se sacrifican en el ardor de la batalla.

Ustedes saben que una lucha por la Unión no se gana sin cierto esfuerzo en la fila del piquete. Ustedes saben que este país como democracia nunca se creó y nunca estuvo seguro hasta que los hombres estuvieron listos para morir cuando, según dice la expresión, “llegó la hora de la verdad". El filosofar ya había terminado y ahora era el momento de actuar y, salvo que uno tenga actores en ese momento, en el lugar crucial en el momento correcto, con la filosofía correcta y las armas indicadas, uno pierde.

Así es que, en Little Rock, cuando llegó la hora de la verdad, cuando no era un asunto de argumentar ante un juez, ni de aprobar una resolución, sino que la pregunta era “¿Quiénes llegan y entran por la puerta de esa escuela secundaria, sin importarle cuántos tumultos estuvieran afuera?" Estos muchachos son los muchachos que lo hicieron. No tengo que decirle a su Unión que, en el análisis final, eso es lo que cuenta.

Daisy Bates - Presidente de la NAACP de Little Rock

DAISY BATES

Cuando ustedes honran a los muchachos me están honrando a mí y cuando ustedes me honran a mí están honrando a los muchachos. Aceptamos su invitación esta noche con humildad y una gran tristeza, representando un capítulo en la historia americana que nunca debió haberse escrito.

Su acción aquí esta noche nos dará a nosotros el valor para regresar a Little Rock en septiembre de 1958 para continuar la labor.

Con la graduación de Ernest Green logramos una victoria para uno. Pero tenemos que regresar al sur y lograr una victoria para muchos. No ha sido fácil, amigos. En esta última semana, un joven fue pateado todos los días de clases durante toda una semana, pero este regresó cada día y me dijo: "Sra. Bates, hoy me volvieron a patear, pero yo estaré de regreso por la mañana."

Esa es la clase de valentía que se requiere. Los muchachos amenazaron con no regresar a la escuela para tomar sus exámenes finales debido al acoso. El Vicepresidente Nixon lo experimentó un solo día, pero estos muchachos lo han vivido durante ocho largos meses.

Así es que esta noche les decimos: Apoyen a nuestra organización, apoyen a su organización para que ellos puedan apoyarnos a nosotros. Necesitamos la ayuda de ustedes en el sur y salvo que luchemos allá, salvo que ustedes ayuden aquí, no podemos continuar la lucha allá.

Jacob K. Javits - Senador de EEUU

JACOB K. JAVITS

El siguiente mensaje telegrafiado lo envió a la reunión de los premios de Mejores Relaciones Raciales del Local 6 el 12 de junio Jacob K. Javits, Senador de EEUU por Nueva York.

Para los nueve jóvenes de Little Rock: El ejemplo de ustedes ha inspirado al mundo. Su dignidad, su modestia y su veracidad han tenido un impacto en toda la gente que ama la libertad y la justicia y en aquellos que saben cómo ejercerla de la mejor manera.

Aunque ustedes son tan jóvenes, ustedes están singularmente bendecidos por haber hecho ya una contribución histórica a la dignidad del hombre y al respeto mutuo de una persona por otra sin tener en cuenta la raza, el credo o el color. Con su conducta, ustedes han hecho una contribución importante para implementar la decisión histórica de la Corte Suprema que elimina la segregación en nuestros sistemas de escuelas públicas.

Ustedes saben, nosotros sabemos, e incluso aquella gente que actualmente está convencida que la Corte Suprema está equivocada sabe, que la marcha del progreso es en la dirección de la eliminación de la segregación y el establecimiento de la proposición de que todos los hombres no solo han sido creados iguales, sino que son iguales.

Lamento grandemente que el hecho de estar en esta sesión continuada del Senado esta noche me impide estar con ustedes para darles la bienvenida y felicitarlos en persona.

Sin embargo, es mi mayor deseo que ustedes recuerden mi profundo sentimiento por lo que ustedes han hecho y por lo que esto significa para las instituciones libres, para nuestra nación y para nuestra época.

En las Naciones Unidas

En el almuerzo, los estudiantes fueron los invitados de los funcionarios de diversas secretarías de la ONU. Sentados frente a ellos, de izquierda a derecha se encuentran: la Sra. Lea Rangel-Ribeira, su guía personal; Rosalyn Green, miembro del Consejo Ejecutivo y del Comité de Derechos Civiles del Local 6; Molly Flynn, oficial de enlace del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina y Arabia; Claire Home, oficial de enlace para las organizaciones no gubernamentales; Egon Schwelb, director adjunto de Derechos Humanos; Mary Pinchinat, de la ICFTU; Ed Lawson, jefe de la sección contra la discriminación de la Comisión de Derechos Humanos, y (no visible) Julia Henderson, directora de asuntos sociales de la ONU. A la cabeza de la mesa se encuentra el Vicepresidente del Local 6 Charles Lewis y su Secretario de Actas Scotty Eckford.

En medio de los tensos eventos mundiales, el Secretario de la ONU Dag Hammarskjold y el Subsecretario General Ralph Bunche tomaron tiempo para saludar y recibir oficialmente a los Nueve de Little Rock en las Naciones Unidas.

Cuando Ralph Bunche, Subsecretario de las Naciones Unidas y ganador del Premio Nobel de la Paz, escuchó que los Nueve de Little Rock iban a venir a Nueva York, este insistió en tener la oportunidad de saludarlos y recibirlos personalmente. Cuando la Confederación Internacional de Uniones de Libre Comercio escuchó que los Nueve de Little Rock iban a visitar invitados por el Local 6 de la Unión de Empleados de Hoteles y Clubes, William Kemsley, su representante en la ONU, hizo personalmente los arreglos para que pudieran disfrutar de una excursión sumamente agradable y educacional de la ONU.

Cuando los Nueve de Little Rock llegaron en la tarde del viernes, 13 de junio, Ralph Bunche no estaba en su oficina como se esperaba. Kemsley informó apenado a los jóvenes visitantes que este estaba en una conferencia especial con el Secretario General de la ONU Dag Hammarskjold sobre los tensos eventos en el Líbano que habían surgido esa semana. Kemsley los llevó a presentárselos a su guía especialmente asignada, la Sra. Lea Rangel-Ribeiro, de la India y estos fueron a su almuerzo como invitados de los funcionarios de la ONU.

Bunche "se disculpó" por interrumpirles su almuerzo, y entonces les dijo que "En realidad, lo que ustedes han estado haciendo es lo que es el esfuerzo de las Naciones Unidas en la comunidad internacional; responder a la provocación razonadamente y con moderación, pero ser firme en nuestra determinación de apoyar el derecho y la justicia. El mundo entero tiene una deuda de gratitud con ustedes por lo que ustedes han hecho."

Bunche provocó risas ahogadas cálidas cuando hizo una comparación con sí mismo a la edad de ellos. Este dijo que dudaba que él hubiera podido tener esa moderación, dado que él no siempre fue “un hombre de paz” y, de hecho, había sido un tipo de persona “resentido” en su época de escuela secundaria. Entonces Bunche y Hammarskjold se apresuraron hacia una reunión para la que ya estaban retrasados, después de que Bunche les expresara un último buen deseo de que tuvieran un próximo año agradable, aunque no más complicado.

Batalla sostenida por la integración escolar

Ese infame día del 2 de septiembre de 1957, se ve arriba cuando el Gobernador Faubus de Arkansas le dio orden a la Guardia Nacional de impedirles a nueve estudiantes afroamericanos que asistieran a una escuela integrada, en absoluta violación de la Corte Suprema de EEUU y de la Constitución de EEUU. El “inquebrantable valor” de los nueve estudiantes en el año que siguió les valió la admiración del mundo entero, inspiró a todos los que luchan contra la discriminación y los hizo ganadores del premio anual de Mejores Relaciones del Local 6

Los enemigos de la integración escolar continúan haciendo de Little Rock un campo de prueba clave para la oposición a la Constitución de los Estados Unidos

LITTLE ROCK: Entonces y ahora

El Octavo Circuito de la Corte de los Estados Unidos en San Luis ha anunciado el nombramiento de tres jueces para considerar la apelación sobre la orden judicial que impide la integración racial en la escuela Central High School durante dos años y medio. Este es otro enredo jurídico en la amarga lucha que está teniendo lugar en Little Rock.

El comienzo del relato es la histórica decisión en 1954 de la Corte Suprema que dio la orden de integrar las escuelas. El consejo escolar de Little Rock en Arkansas se tomó tres años para acatar esa decisión.

En agosto de 1957 ellos anunciaron que la integración entraría en vigor con el inicio del año escolar en septiembre. Nueve jovencitos afroamericanos se matricularon. El 2 de septiembre, día del comienzo de las clases, ellos fueron recibidos en los terrenos de la escuela por tropas uniformadas que les impidieron entrar. El Gobernador Orval Faubus, en flagrante desafío de la ley había llamado a la Guardia Nacional. Los muchachos no pudieron entrar a la escuela.

El 3 de septiembre, el Juez Ronald N. Davies le ordenó al consejo escolar que procediera con la integración. Sin embargo, el Gobernador Faubus mantuvo las tropas en Central High. No fue hasta el 20 de septiembre, cuando el Juez Davies dio la orden de que no podía haber interferencia con su orden original, que las tropas se retiraron. Sin embargo, para esa fecha, el Consejo de Ciudadanos Blancos y los tumultos tuvieron tiempo de organizarse. Por lo tanto, el 23 de septiembre, cuando los muchachos intentaron entrar a la escuela, se desataron la violencia y los disturbios.

En ese punto fue que el Presidente Eisenhower envió las tropas aerotransportadas de la División 101 y removió a la Guardia Nacional del control de Faubus y la federalizó. Los estudiantes asistieron inicialmente a la escuela con cientos de tropas rodeando los terrenos. Los soldados los llevaban en auto de ida y vuelta a sus casas. Más tarde, había solo unos cuantos que patrullaban los corredores, las clases de gimnasia y la cafetería. Finalmente, la mayoría de las tropas se retiró, dejando solo unos cuantos para garantizar el orden.

Sin embargo, los incidentes dentro de la escuela continuaron. Alimentados por el sesgo y el prejuicio de sus familias, los compañeros estudiantes hacían un juego del acoso constante.

En febrero, el consejo escolar se dirigió a las cortes para pedir que se suspendiera la integración durante dos años y medio, alegando una “actitud comunitaria desfavorable".

El caso lo vio en audiencia el Juez Harry J. Lemley, un sureño nativo de 74 años de edad. El Juez dictaminó el 21 de junio que la integración podía detenerse hasta 1961.

Los abogados de la NAACP, que habían estado defendiendo el caso de los estudiantes a través de las cortes, solicitaron que el Juez Lemley suspendiera su orden. Él se negó a hacerlo. El caso fue llevado entonces al Tribunal de Apelaciones y, al tiempo que la revista THE VOICE estaba lista para la imprenta, se había hecho una solicitud de que la audiencia se sostuviera el 4 de agosto. Esto le daría a las cortes la oportunidad de dictar una decisión antes de la apertura de la escuela en el otoño.

Los Nueve de Little Rock

Minnijean Brown

Ella es la única de los nueve estudiantes que comenzaron el curso en la escuela Central High School a quien no se le permitió terminar el curso escolar. Minnijean, 16, con una madurez que excede de su edad, soportó los insultos diarios hasta que se hicieron insoportables y finalmente le contestó a un estudiante blanco. Minnijean fue suspendida y entonces aceptó una beca en la escuela New Lincoln School en la Ciudad de Nueva York. Aquí, ella podía participar de las actividades extracurriculares con sus compañeros (ella se había presentado a las pruebas para el programa del coro de Navidad en la escuela Central, había sido aceptada, y en el último momento se le dijo que tal vez sería mejor que no participara). A Minnijean le gustaría regresar a la escuela en Little Rock, a pesar de su aceptación aquí en Nueva York. Ella siente afinidad y obligación con los demás estudiantes con quienes comenzó el año.

Elizabeth Eckford

Elizabeth, que es tímida y callada, salió en la fotografía más publicada de la lucha en Little Rock. Era una imagen inolvidable de una jovencita pequeña rodeada de soldados hostiles y miradas de odio del tumulto que se había congregado. Ella había ido sola a la escuela ese primer día, sin saber que los otros estudiantes iban en grupo. Su familia, a diferencia de las demás, no tenía teléfono. Elizabeth había tomado la decisión de asistir a la escuela Central por sí misma, y su madre había tenido la esperanza de que desistiera de hacerlo. Ella cose muy bien y diseña toda su ropa. Le encanta la música de rock n' roll, y le gustaría mejorar sus conocimientos de francés. Puesto que tiene solo 16 años, su manera de comportarse y sus intereses son los mismos de cualquier otra adolescente.

Ernest Green

Con solo 16 años de edad, fue el primer afroamericano que se graduó de la escuela Central High School. Este le resta importancia al hecho de haberse graduado tan joven indicando que su madre era maestra y por eso él aprendió sus lecciones un poco más joven que la mayoría. Se maneja con mucha confianza en sí mismo e incluso puede hablar sobre los eventos en Little Rock con buena disposición. Sus calificaciones, a pesar de las presiones, eran excelentes, y tenía intereses variados. Siempre acompañado de su cámara durante su estadía en Nueva York, tomó casi tantas fotografías de otra gente como las que los fotógrafos tomaron de él. Ernest era el líder natural del grupo de estudiantes, algo que hizo con un aplomo que su hermana dice que ha tenido desde pequeño. En el otoño va a estudiar en la universidad estatal de Michigan con una beca.

Thelma Mothershed

Thelma, que es la más callada del grupo, también es la más pequeña de estatura. Siendo tan solo una diminuta imagen y con 16 años, esta había tenido mucha experiencia en aprender a ser paciente.

Mientras asistía a la escuela elemental, sufrió un ataque de fiebre reumática que le impidió asistir a la escuela durante tres años. Aun así, solo tiene un año de atraso en sus estudios. Thelma siempre ha querido ser maestra escolar; desde el primer día que fue a la escuela. Nada de lo sucedido en la escuela Central High School este pasado curso ha quebrantado esa ambición. Sus pasatiempos son actividades apacibles, debido a su salud (le encantaría poder bailar), e incluyen hornear galleticas, tejer a crochet, leer o ir al cine.

Melba Patillo

Ella es una muchacha determinada que desborda entusiasmo. Ella le resta importancia al comportamiento de sus compañeros estudiantes en la escuela Central High School con algo semejante a la lástima. Ella siempre está lista para todo lo que tenga posibilidad de ser diversión y su estilo es un tanto dramático. Canta, baila y toca el piano. Ha compuesto dos canciones que están sujetas a derechos de autor. Lo que más le gustaría es ser artista profesional. Ella y su familia han tolerado con paciencia los insultos y las llamadas telefónicas anónimas. Ella sabe que es solo un pequeño grupo en la escuela que se ha esforzado por complicar las cosas.

Gloria Ray

Con dieciséis años de edad y una picardía en los ojos que no debe subestimarse, ella se matriculó en la escuela Central High School a pesar de la oposición de sus padres. Su explicación por haberlo hecho es que había ido a matricularse a la escuela Horace Mann (la escuela secundaria afroamericana) y de alguna manera se había equivocado en el tráfico.

No fue un año fácil y, sin embargo, Gloria se sintió apenada por una muchacha blanca que, habiéndose hecho su amiga, comenzó a recibir el mismo trato que los jóvenes estudiantes afroamericanos. Su mejor asignatura es la matemática y le gustaría continuar sus estudios en uno de los campos científicos.

Terrance Roberts

Un estudiante excelente que tenía el más alto rango académico del grupo de nueve que comenzó en la escuela Central High School, este aparentemente fue quien sufrió el peor abuso por parte de algunos de sus compañeros. Dentro de la escuela, antes de la llegada de las tropas federales, lo habían seguido en los corredores, lo empujaron, lo patearon y le derribaron al suelo los libros que sostenía en sus brazos. Hubo un momento en que casi decidió darse por vencido, pero sintió que no podía desertar a los otros ocho estudiantes con quienes había comenzado. Sin embargo, Terrance continúa su vida tal como era. Lee tanto como lo ha hecho siempre, y juega fútbol, béisbol y baloncesto después del horario escolar. Es la clase de muchacho que, aunque es sumamente sensible, manejó el año escolar con aplomo y terminó con calificaciones mucho más altas que el promedio.

Jefferson Thomas

"Nunca luches cuando puedas salir corriendo de allí". Esa era la actitud de Jeff sobre cómo llegar con toda la velocidad posible a la oficina del director cuando 20 muchachos blancos en la escuela Central parecían estar atacándolo en grupo. Si alguien lo puede hacer es él. El campo y pista es su mejor deporte. Jeff ha ganado medallas para los equipos de relevo de carreras de 880 yardas y de 440 yardas.

Cuando se le conoce inicialmente, da la impresión de ser un muchacho callado y muy serio. Pero tiene una sonrisita que le ilumina el rostro y está lleno de júbilo. El año anterior había ganado un premio en su escuela como el alumno más destacado del año. También fue presidente del consejo estudiantil. La universidad aún parece estar muy lejos en su camino, pero está determinado a llegar allí.

Carlotta Walls

Carlotta tenía quince años y era la bebé del grupo que asistió a la escuela Central High School. Es una jovencita alta y delgada, que se inclina a ser poco femenina y aun parece no haberse acostumbrado a la longitud de sus brazos o piernas. Le resulta difícil quedarse sentada en un mismo lugar por más de unos minutos. Son su energía incontenible y su sentido de calidez que la hacen estar al mismo tiempo en todas partes para no perderse nada. Carlotta siempre había querido ir a Central tan pronto supo lo que significaba la integración. Ella quiere una buena educación y una oportunidad de que se le trate como a los demás.