HTC en la Marcha en Washington de 1963

La Marcha en Washington de 1963 es uno de los momentos más celebrados en el Movimiento por los Derechos Civiles. La marcha, que fue organizada por una coalición de organizaciones de derechos civiles y Uniones progresistas, congregó a más de 250,000 personas de todas partes del país para apoyar la aprobación de legislación sobre los derechos civiles. Tal vez la marcha es más conocida por el discurso “Tengo un sueño” pronunciado por Martin Luther King, y es ampliamente reconocida por haber contribuido a la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964 y la Ley de Derecho al Voto de 1965.

Como parte del compromiso prolongado de la Unión con los derechos civiles, el Hotel Trades Council organizó una delegación de 360 miembros y funcionarios para representar a la Unión en la marcha. Entre los funcionarios de la Unión que asistieron figuraban el Presidente de la Local 6 Charles Martin, el Secretario-Tesorero James Marley, el Secretario de Actas Armando Betances, y el entonces Representante y posteriormente Presidente del Hotel Trades Council Vito Pitta. La Local 6 había enviado delegaciones a otras marchas anteriores por los derechos civiles en Washington, D.C., especialmente la Peregrinación de Oración por la Libertad de mayo de 1957.

La participación de la Unión en la marcha fue relatada en la edición de septiembre de 1963 de la revista Hotel and Club Voice:

La Marcha por la Libertad: la Local 6 estuvo allí

Nunca antes había habido algo así en Washington.
Si uno estuvo allí, vio a 210,000 americanos marchando en paz a través de la ciudad capital, cantando, aplaudiendo y escuchando. Uno vio que estaban allí con un propósito, que estaban determinados a llevar a cabo un mensaje. Las pancartas y los cantos decían lo mismo. Libertad, Libertad Ahora. Y uno vio que prominentemente entre ellos estaba nuestra propia gente de la Local 6, diciendo y cantando lo mismo y haciendo realidad la constitución de su Unión.

Cinco vagones de los Ferrocarriles de Pennsylvania llevaron a los miembros de nuestra Unión a la estación Union en la mañana del 28 de agosto. Ese cálido y bello día en Washington, era evidente desde el comienzo que aquellos que esperaban que hubiera violencia iban a sentirse amargamente decepcionados. Nunca antes había habido tanta gente congregada para hacerle una petición a su gobierno con tanta moderación y dignidad.

Para los miembros de la Local 6 este fue un punto culminante en una larga lista de esfuerzos por los derechos civiles. En todos los departamentos, los miembros contribuyeron de sus propios bolsillos para que un pequeño grupo de ellos pudiera ir. Los asientos en el tren estaban limitados, pero las contribuciones se siguieron recibiendo mucho después de que se supo que no todo el que contribuyera podría participar. Ya teniendo ese conocimiento, 360 miembros preocupados pero orgullosos de la Local 6 se animaron, enarbolaron los letreros de la Unión y comenzaron la histórica marcha a lo largo de la avenida Constitution.

Gozando de asientos frescos bajo la sombra de los árboles, los manifestantes de la Local 6 escucharon apasionadas canciones populares interpretadas por Joan Baez, Bob Dylan y la gran Odetta, así como himnos espirituales interpretados por Marian Anderson y Mahalia Jackson. Después vinieron los discursos y, con ellos, las espectaculares palabras de Martin Luther King. Este habló de un sueño, "un sueño profundamente arraigado en el sueño americano". Para aquellos que podían acordarse de una orgullosa noche en el auditorio Gertrude Lane en junio de 1962, las palabras resultaban conocidas. En respuesta a la presentación de nuestro segundo premio de Derechos Civiles otorgado a él, Martin Luther King nos reveló su esperanza:

"Lo que estamos tratando de lograr es un sueño americano, aún sin cumplir, un sueño expresado en estas palabras sublimes: ‘Sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas, que todos los hombres han sido creados iguales, que fueron dotados por su creador de ciertos derechos inalienables, y entre ellos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.’… La dignidad y el mérito de la personalidad humana es el gran sueño de América. Ahora más que nunca antes América enfrenta el desafío de hacer ese sueño realidad."

La Marcha por la Libertad del 28 de agosto sin duda alguna fue uno de los esfuerzos voluntarios más exitosos emprendidos hasta el momento por la Unión. La Local 6 fue una de las primeras Uniones de la ciudad en comenzar los preparativos. Inmediatamente después de recibir la aprobación del comité de Derechos Civiles, presidido por la organizadora general Betty Benz, se elaboraron hojas de colecta y los funcionarios y delegados comenzaron la campaña de recaudación de fondos. En un período de unas cuantas semanas, se habían recaudado cerca de $6,000, y nuestra participación en la marcha era una realidad. Se consiguieron reservaciones para cinco vagones de los Ferrocarriles de Pennsylvania en un tren especial, que era uno de los 30 que salían de la Ciudad de Nueva York. 360 miembros de la Local 6 tomaron el tren a las 7:25 de la mañana del día 28.

Liderando la delegación de la local estaba su Presidente Charles J. Martin, el Secretario-Tesorero James Marley, el Secretario de Actas Armando Betances; los Vicepresidentes Randolph Hagan, Domenick Menick, Vangel Kamaras, Betty Smith, Al Szymanski; los Representantes Louis Saulnier, Nettie Wiley, Joseph Bracero, Vito Pitta, Lubos Pavlista, Alberta Porter, Ralph Mandrew, David Hooko y Arcadio Arcos. La Directora de Educación Betty Ziff, que trabajó a tiempo completo durante varias semanas en los preparativos para la marcha, estaba también acompañando a los demás miembros del personal de la Local 6.

El entusiasmo y la generosidad de los miembros en los talleres, que donaron para fomentar el éxito de la marcha, combinados con la enorme demanda de espacio de transporte y la limitación de este resultaron en un excedente de aproximadamente $1,750. Con la aprobación del Consejo Ejecutivo del Local, $250 de esto se destinará al Fondo de Educación James Merideth y $500 a la Conferencia de Liderazgo Cristiano del Sur presidida por Martin Luther King. Los restantes $1,000 se usarán en esfuerzos futuros para promover la causa de los derechos civiles.

Se expresaron generosamente homenajes al éxito abrumador de la marcha, y la participación de la Local 6 en esta, según los miembros repasaban los acontecimientos del día durante el largo trayecto de regreso a casa. Dick Weber, un miembro de la Local 6 del hotel Golden Gate, dijo que se sentía feliz de que la Unión no sólo había estimulado a los miembros a ir, sino que esta desempeñó una parte importante en la organización del viaje y en la participación. Charles Alford, del hotel New Yorker, dijo que "Esto es una experiencia impresionante en mi vida. Durante muchos años, he estado interesado en el tema de los derechos civiles en mi comunidad y en la Unión. Ahora, todos hemos hecho algo al respecto".

Charlotte Judah, del Consejo de Servicios Comunitarios de Manhattan (MNSC, por sus siglas en inglés), se refirió a la marcha como "una extraordinaria demostración de hermandad". Erie Cooper, también del MNSC, predijo que "Sin tener en cuenta lo que puedan decir algunos políticos, el Congreso no podrá pasar por alto esta impresionante manifestación cuando considere el proyecto de ley del Presidente Kennedy sobre los derechos civiles".