La HTC organiza un piquete contra Woolworth en Times Square en solidaridad con sentadas en todo el Sur

Los carteles llevaban eslóganes antidiscriminatorios y también identificaban a los piqueteros como hombres y mujeres de la Unión.
Como se señaló en el Hotel Voice de abril 1960 “Ellos se manifestaron con propósito; nadie les tuvo que decir de qué trataba la lucha.”

En febrero de 1960, cuatro osados estudiantes universitarios negros entraron a un comedor “Solo para blancos” dentro de un Woolworth en Greensboro, North Carolina y se sentaron, desencadenando un movimiento de protesta con la finalidad de terminar con la segregación que se expandió por todo el país. Los estudiantes – Ezell Blair Jr., David Richmond, Franklin McCain y Joseph McNeil – ordenaron una taza de café y después de que se les negó el servicio, se quedaron sentados silenciosamente en protesta hasta que la tienda cerró. Los estudiantes activistas regresaron al día siguiente con más participantes y estoicamente soportaron el acoso y abuso verbal de los clientes blancos. Para el tercer dia, la cantidad de manifestantes pacíficos había crecido a los centenares.

A medida que las sentadas de Greensboro obtenían atención a nivel nacional, estudiantes en todo el Sur organizaron sentadas similares en Woolworth y otros establecimientos segregados. Los activistas se encontraron con agresión, violencia policíaca, y hasta amenazas de bomba. En la ciudad de Nueva York, nuestra Unión organizó su propia línea de piquete por fuera del Woolworth de Times Square en solidaridad con los activistas de derechos civiles.

Abril del 1960: La HTC organiza una robusta línea de piquete por fuera del Woolworth en Times Square

En el día 2 de abril de 1960, centenares de miembros de nuestra Unión se presentaron para el piquete contra el Woolworth de Times Square y a presionar a la compañía para que suspendiera su política de permitir la segregación.

En el piquete, miembros de la Unión educaron a los que no sabían sobre la segregación en las tiendas Woolworth del Sur y convencieron a muchos transeúntes de unirse al piquete. Entre los que se unieron a la línea de piquete de nuestra Unión fue el actor Robert Earl Jones, quien se había enterado sobre la protesta a través de la radio. Según se dice, un neoyorquino derramó lágrimas mientras leía los folletos distribuidos por nuestros miembros. Él pidió llevarse cien para ayudar a distribuirlos entre sus familiares y compañeros. Al cabo de un día, nuestros miembros habían distribuido más de diez mil folletos sobre la segregación en los comedores de Woolworth.

Junio de 1960: La HTC honra la valentía de los estudiantes activistas que organizaron las sentadas

En junio de 1960, en reconocimiento de la valentía y resistencia de los estudiantes organizadores detrás del movimiento de sentadas, nuestra Unión invitó a la activista estudiantil Priscilla Stephens como oradora invitada a nuestra ceremonia de entrega de Better Race Relations. Priscilla Stephens y su hermana Patricia habían organizado una sentada en el comedor solo para blancos del Woolworth en Tallahassee, Florida. La policía de Tallahassee atacó a las hermanas y sus compañeros activistas con gases lacrimógenos, los arrestaron, y al final los encarcelaron por 49 días por participar en la protesta pacífica.

Mientras estaba en la cárcel, Patricia, la hermana de Priscilla, escribió una carta sobre la brutal respuesta de la ciudad hacia las sentadas, la cual fue publicada en el Hotel Voice de junio de 1960.

“Nuestra manifestación más grande ocurrió el 12 de marzo a las 9 de la mañana. El plan era que los estudiantes de FSU, quienes eran blancos, entraran a las dos tiendas primero y ordenaran comida. Los estudiantes de A&M iban a llegar más tarde y si se negaban a servirles, iban a compartir la comida que los estudiantes blancos habían ordenado.

Los estudiantes blancos y negros estaban sentados pacíficamente en el mostrador cuando el alcalde y su fuerza de policía llegaron. Como en la ocasión previa, él le pidió al grupo que se fuera, pero cuando algunos se pararon para obedecer, él inmediatamente los arrestó…

Después de los arrestos muchos de nosotros nos paramos en un parque frente a la comisaría. Se nos fue negado el permiso para visitar a los detenidos. Volví rápidamente al campus universitario para reportar sobre los hechos. Le pedimos al presidente del alumnado a que movilizara a los estudiantes para una marcha pacifica en la zona céntrica. Él aceptó, pero primero intentó, sin éxito, organizar una conferencia con el alcalde.

Sin embargo, el alcalde no estaba demasiado ocupado como para dirigir a la policía municipal, del condado, y estatal con quienes nos encontramos cuando nos acercábamos a la zona céntrica. Éramos mil, en grupos de 75, cada grupo con dos líderes. Nuestros carteles, imprimidos con prisa, decían: “Devuélvanos a Nuestros Estudiantes,” “No Lucharemos contra las Turbas,” “No Violencia,” “Queremos Nuestros Derechos: Somos Americanos También.”

Cuando nos acercamos a la línea policíaca el alcalde dio un paso adelante y ordenó que nos dispersáramos dentro de tres minutos. Pero la policía no esperó: Ellos empezaron a lanzar bombas lacrimógenas en seguida. Un policía, volteándose hacia mi, explicó: “¡A ti te tengo enfilada!” y entonces dirigió una de las bombas directamente hacia mi.

Los estudiantes retrocedieron hacia el campus universitario. Varias mujeres fueron llevadas al hospital universitario para ser tratadas por quemaduras. Seis estudiantes fueron arrestados, elevando el número total de arrestos del día a 35."

Patricia Stephens sufrió daños permanentes en los ojos después de ser gaseada por la policía. Aunque es horrible, su relato sobre la violenta respuesta que tuvo la policía hacia las sentadas era – y sigue siendo – demasiado común. Durante el verano, vimos el mismo patrón de violencia contra las personas protestando los asesinatos de George Floyd y Breonna Taylor.

Patricia terminó su carta desde la cárcel expresando su compromiso para seguir luchando por la igualdad racial “Pienso seguir adelante con esta lucha” ella escribió, “Siento que voy a estar preparada para regresar a la cárcel si resulta necesario.”

Sus palabras sirven como un recordatorio para todos nosotros que el progreso no se logra fácilmente, ni tampoco ocurre de la noche a la mañana. Tomaría seis meses desde el comienzo de las sentadas, hasta julio de 1960, para que Woolworth cediera y finalmente prohibiera la segregación en sus tiendas del Sur, y cuatro años más, hasta 1964, para la aprobación de La Ley de Derechos Civiles y una prohibición nacional contra la segregación en todos los lugares públicos.

Estamos orgullosos de haber contestado la llamada a la acción de Patricia y los activistas estudiantiles en 1960, y de continuar la lucha por la justicia racial y laboral hoy día.