Gabriel Díaz, Sheraton New York
Gabriel Díaz, quien era mesero de servicio a las habitaciones y Delegado en el hotel Sheraton New York, lamentablemente ha fallecido.
Aquellos que conocían a Gabriel lo recuerdan como una presencia cálida, muy trabajador, músico, y un esposo y padre amoroso.
El Garde manger y Delegado, Eladio Acevedo, trabajó con Gabriel durante casi 30 años y lo recuerda como un apasionado Delegado de sus compañeros de trabajo. “Gabriel era un defensor. Lo llamo así porque, en el trabajo, Gabriel siempre se enfrentaba a la gerencia y defendía a sus compañeros. Se hizo Delegado porque estaba comprometido a ser la voz de sus compañeros miembros de la Unión. Él ayudaba a la gente a plantear los problemas en el trabajo, y se cercioraba de que la gente tuviera los recursos que necesitaban. Amaba a nuestra Unión y con frecuencia asistía a eventos y manifestaciones para luchar por nosotros. De la manera que yo lo veo, él tenía dos trabajos: servía a los huéspedes como mesero de servicio a las habitaciones, y servía a los miembros de la Unión como Delegado.”
Franqui Bencosme, mesero de servicio a las habitaciones y compañero de trabajo de Gabriel durante 36 años, recuerda el amor por la música que sentía Gabriel. “Gabriel era una persona tan cálida. Era muy alegre. Yo trabajaba el turno de la mañana y él trabajaba el turno de la noche, pero muchas veces él llegaba una hora antes de su turno para tocar la guitarra y cantar con nosotros. Así es como lo recuerdo.”
La Garde manger Margarita Núñez recuerda a Gabriel Díaz como una presencia tranquilizadora en la cocina del hotel. “Todo el que haya trabajado en un hotel sabe que la cocina puede dar la impresión de ser una zona de guerra. Gabriel siempre era un encanto. Siempre tenía palabras agradables para ayudar a otros a sentirse mejor durante los momentos estresantes.”
Los hijos de Gabriel compartieron su amor por su padre, así como algunas reflexiones, palabras y recuerdos de su vida.
Gisella, la hija de Gabriel, escribe que, "mi Papi, como siempre le dije, era mi ‘héroe’. Siempre estaba listo para ir al rescate con su amor incondicional. ¡Tenía un corazón de ORO! Era generoso y compartía lo que pudiera para ayudar a los demás. Era un papá maravilloso y lo voy a extrañar enormemente. Te quiero, Papi, por siempre."
Tania, la hija de Gabriel, escribe que, “mi papá era el corazón de nuestra familia. Tengo muchos recuerdos de cuándo él me apoyaba. Cuando era una niña pequeña, si yo quería ir a la pista de patinaje con mi hermanito, mi papá siempre me daba dinero adicional aunque no se suponía que lo hiciera. Él ha estado apoyándome en cada paso a través de toda mi vida. No puedo imaginar mi vida sin él. Gracias Papi por todo lo que hiciste por nosotros. Te quiero siempre. Que Dios te bendiga.”
Joseph Díaz, el hijo de Gabriel, compartió que, “él era un esposo, padre, abuelo, hermano e hijo muy dedicado. Para mí, él era simplemente mi papá o ‘Papi’ como yo le decía. Siendo yo su único hijo varón y el más joven de los tres, papá y yo teníamos ese vínculo íntimo y alegre de padre e hijo. Nunca se me ocurrió pensar cómo mi papá afectó a tanta gente de una manera tan buena. No fue hasta después que se fue que escuché tantas historias agradables de sus amigos. La mayoría lo describió como alguien de buen corazón, cortés, humilde, carismático y respetuoso. Fue un esposo amoroso para mi mamá durante 59 años. Y le encantaba la guitarra. Creía firmemente en trabajar duro y siempre dar el 110%. Así es como era mi papá. Mi familia y yo siempre lo recordaremos como el hombre tan decente y amable que era. Estando tan desconsolados como estamos, sabemos que está en un lugar mucho mejor descansando en paz.”
A Gabriel lo sobreviven su esposa Grace, sus hijos Joseph, Tania, y Gisella; sus nietos Raúl, Danny, Katliana, Jamilla; y sus hermanos en Ecuador.