Bienvenido Estévez, Yale Club
Nos apena grandemente anunciar el fallecimiento de Bienvenido Estévez, que hizo parte del personal de limpieza en el Yale Club y fue miembro de la Unión durante más de 30 años.
La esposa de Bienvenido, Milagros Estévez, recuerda a Bienvenido como un esposo y padre amoroso y un hombre generoso. “Él fue un esposo ejemplar, así como un padre ejemplar. Tenía una mente y un corazón asombrosos. Incluso cuando no estaba trabajando, era un hombre generoso. Si todo lo que tenía eran diez dólares, le daba nueve de ellos a alguien que los necesitara. Esa era la clase de hombre que era.”
Marco Salazar, del personal de limpieza del Yale Club, compartió algunos de sus recuerdos sobre Bienvenido. “Yo conocía a Bienvenido y trabajé con él desde 2007. Era un magnífico compañero y como un padre para mí. Yo siempre le pedía consejos; es más, ¡todos lo hacíamos! Era muy generoso con su tiempo. Lo voy a echar mucho de menos.”
Román Sánchez, otro amigo y compañero de trabajo, recuerda a Bienvenido como alguien que siempre trataba de suavizar las cosas en el trabajo, “Yo trabajé con Bienvenido durante 10 años. Nunca tuve un mal momento cuando estaba con él. Siempre estábamos bromeando. Realmente todo era alegría y buen humor. Era un amigo excelente.”
El Delegado de la Unión y compañero de trabajo, Oscar Almonte, comparte “No van a encontrar a nadie que tenga algo malo que decir de Bienvenido. Él era un trabajador comprometido, un gran compañero y era muy gracioso. Que Dios lo bendiga y le abra las puertas al paraíso celestial."
Los tres hijos de Bienvenido, Carlos, Jonathan y Karina compartieron algunas lecciones, amor y recuerdos de su padre. “Se nos hace raro escribir o pensar sobre nuestro padre, Bienvenido Estévez, en tiempo pasado. La luz de su ser es la clase de luz que perdura más allá del tiempo. Hemos aprendido muchas lecciones invaluables de nuestro padre. Hemos aprendido que la vida es corta y que puede ser cruel pero que, a pesar de todo, no hay nada que el amor, la humildad y una buena carcajada no puedan arreglar. Nosotros, junto con todos los que hayan tenido el privilegio de compartir tiempo con nuestro padre, lo vamos a extrañar mucho. En estos tiempos tan difíciles, la gente recomienda que olvidemos los malos momentos y nos concentremos en los buenos. Con nuestro padre, simplemente no había malos momentos. Nuestro papá nos ha enseñado lo que significa ser un amigo excelente, un trabajador dedicado, un padre increíble y, sobre todo, un ser humano ejemplar. Estamos sumamente agradecidos por el desbordamiento de cariño de todos los que lo conocieron. Siempre atesoraremos las palabras de aliento, las fotos, los vídeos, y las anécdotas cómicas que todos ustedes, sus queridos amigos y colegas, han compartido con nosotros. Aunque vamos a sentir la ausencia de su luz, mantengamos vivos en nuestros corazones el amor, la alegría y la compasión que él compartió con nosotros. Te queremos y te extrañamos papá. Hasta que nos volvamos a ver. Tus hijos que te quieren, Carlos, Jonathan, y Karina”