Después de horas: El monumento al incendio de la fábrica Triangle

En noviembre de 1909, más de 20.000 trabajadores textiles responsables por la fabricación de blusas para mujeres —en su momento conocidas como “shirtwaists”— se retiraron de sus trabajos en la Ciudad de Nueva York en una huelga liderada por la International Ladies Garment Workers Union.

La huelga, conocida como el “Levantamiento de los 20.000”, duró por más de 3 meses, durante los cuales los trabajadores —mayormente mujeres jóvenes judías e italianas inmigrantes— lucharon para mejorar sus condiciones laborales: trabajaban siete días a la semana, muchas veces por más de doce horas seguidas, se les pagaba menos de un dólar por día y se les requería utilizar sus propias herramientas en fábricas mal ventiladas sin medidas de precaución frente a incendios.

Si bien muchos de los dueños de pequeñas fábricas rápidamente respondieron a las demandas de los trabajadores, muchos de los fabricantes más grandes se resistieron, incluso después de más suspensiones al trabajo. Una de esas compañías que no respondió a las demandas fue la Triangle Waist Company, propiedad de dos hombres conocidos como los “reyes de las camisas shirtwaist”, quienes se oponían tanto a los esfuerzos sindicales que contrataron matones para atacar a los huelguistas y sobornaron a la policía para que los arreste.

El incendio de la fábrica de camisas Triangle

El 25 de marzo de 1911, un incendio se produjo en los pisos de la fábrica de la Triangle Waist Company, la cual ocupaba los pisos superiores del Asch Building en Greenwich Village. La escalera y las puertas de salida de la fábrica fueron cerradas con llave por la gerencia durante el horario laboral, en parte para evitar que entraran organizadores a hablar con trabajadores en los pisos del taller. Esto atrapó a los trabajadores en el edificio y resultó en la muerte de 146 personas como consecuencia del incendio.

Los dueños “reyes de las camisas shirtwaist” fueron declarados inocentes de homicidio culposo y al final sólo fueron forzados a pagar un pequeño monto a las familias de las víctimas (considerablemente menos de lo que recibieron como indemnización se sus seguros). Pero la brutalidad del incidente inició una protesta generalizada — la cual llevó a una marcha de más de 30.000 personas para recordar a las víctimas y avanzar las demandas de acción legislativa para mejorar la seguridad laboral en la Ciudad.

El legado del incendio en el movimiento laboral

En pocos años, la indignación por el incendio de la fábrica Triangle resultó en la creación de nuevas leyes de prevención de incendios en lugares de trabajo, estándares de sanidad, regulaciones a horarios e inspecciones de seguridad. Estas leyes locales terminaron siendo parte de una plataforma progresiva más amplia y luego influenciaron al presidente Franklin Roosevelt para que implementara leyes en contra del trabajo infantil, un sueldo mínimo federal y la creación del Acta de Relaciones Laborales Nacional (National Labor Relations Act) —la cual le otorga a los trabajadores del sector privado el derecho a formar una Unión — como parte de su New Deal en la década de 1930. 

El Monumento al Incendio del Triangle

El miércoles 11 de octubre, la Coalición de Memoria del Incendio Triangle (Remember the Triangle Fire Coalition) dedicó un nuevo monumento a las 146 víctimas del incendio, el cual fue patrocinado en parte por nuestra Unión. El monumento está instalado en el lugar del incendio y cuenta la historia del desastre en los idiomas de las víctimas — inglés, yiddish e italiano. Sus nombres y edades están grabados en hierro sujetado al edificio como un toldo, lo cual los hace legibles sólo a través de una superficie brillante que lleva a las personas a mirar hacia los pisos de arriba del edificio donde los trabajadores fueron atrapados mientras el edificio se incendiaba.

Ubicado cerca de Washington Square Park en la esquina de Greene Street y Washington Place, el monumento es un lugar para una visita sombría pero importante para nuestros miembros de la Unión. “Pasar un poco de tiempo en el espacio para reflexionar sobre un momento tan trágico y decisivo en la historia del movimiento laboral le da a uno una idea de lo lejos que hemos llegado, pero no sin un alto costo humano”, dijo el presidente Rich Maroko. “Nuestra Unión espera que este monumento ayude a resaltar la importancia de la lucha proactiva por derechos y dignidad en el lugar de trabajo, en lugar de dejar que las tragedias marquen el ritmo de cambio.”