Informe de Rich Maroko, Presidente de HTC
Este otoño se cumple el décimo aniversario de nuestro primer contrato de la industria del juego en el Resorts World New York City. Este contrato fue, y continua siendo, una de las victorias más destacables de nuestra Unión.
Trabajadores que sólo ganaban $10 por hora vieron sus ganancias duplicarse de un día para el otro, consiguieron acceso a cuidado de salud gratuito, un plan de pensión y la protección de una Unión luchadora. Desde entonces, nos hemos organizado y conseguido contratos en cada uno de los nuevos casinos del Estado de Nueva York.
En los próximos dos años, se espera que el Estado de Nueva York apruebe tres nuevas licencias de casinos en el sur del estado, creando miles de nuevos trabajos de la industria del juego para los neoyorquinos. Es nuestro trabajo asegurarnos de que estos trabajos sean buenos
Una retrospectiva
Nuestra Unión comenzó a luchar por los trabajadores del Resorts World NYC incluso años antes de que el casino abriera. A comienzos de la década del 2000, nuestra dirigencia cor- rectamente predijo que la industria del juego estaba llegando a Nueva York en gran escala. Vimos cómo operaciones no sindicalizadas se estaban convirtiendo en poderosas fuerzas en las industrias de la hospitalidad y el juego en otros estados. Sabíamos que los grandes casinos tienden a convertirse en grandes casino-hoteles y que una industria del juego grande, con salarios bajos, erosionaría los estándares de nuestros contratos de hoteles.
En 2002, luchamos para asegurarnos de que
el Estado requiriera “paz laboral” como parte
del desarrollo de cualquier casino nuevo — lo
cual significa que, en cualquier oferta para
conseguir una licencia estatal de apertura
de un nuevo casino, cada compañía de juego
tuvo que firmar un acuerdo que dijera que
trabajarían en paz con una unión.
Entonces, antes de que hubiera abierto sus puertas en 2011, el Resorts World NYC ya había firmado un acuerdo legalmente vinculante para permitir que organizadores de la Unión hablaran con trabajadores en su lugar de trabajo, para permanecer neutrales durante el proceso de organización (es decir, sin campaña anti-Unión) y para reconocer a la Unión como representante oficial de los trabajadores después de que una mayoría simple firme tarjetas de la Unión (en lugar de realizar una elección a través del gobierno).
Esto significó que cuando Resorts World abrió, nuestros organizadores pudieron entrar a las instalaciones y hablar con los trabajadores en la cafetería. La mayoría de estos trabajadores trabajaban 40 horas a la semana, pero vivían en la pobreza. Ellos ganaban $10 por hora y el casino no ofrecía beneficios reales. Varios trabajadores estaban viviendo en albergues para personas sin hogar, muchos tenían varios trabajos. Un trabajador no podía pagar por su MetroCard y tenía que caminar dos horas al trabajo. Otra trabajadora vivía a 15 minutos en carro del casino, pero no podía comprar un carro. Ella pasaba horas por día viajando al trabajo en cuatro buses.
Información sobre los salarios y beneficios de nuestra Unión se esparcieron rápidamente a través de las instalaciones. Los organizadores juntaron las tarjetas de una gran mayoría de los trabajadores en unas semanas.
Luego siguió la parte difícil — lograr que
Resorts World acordara a un contrato.
Un salario realmente digno
Después de rondas de negociación con Resorts World, ganamos casi todas las importantes disposiciones de contrato, incluyendo protecciones contra la disciplina injusta, derechos de horario y nuestro lenguaje de querellas y arbitraje. Pero no podíamos concordar en el tema de salarios. Le dijimos a Resorts World que los aumentos que estaban ofreciendo no eran para nada suficientes y que no los aceptaríamos.
Afortunadamente, teníamos otra herramienta en la mesa de negociación. Nuestro acuerdo de paz laboral con Resorts World incluía una disposición para el arbitraje de intereses — el cual permitía que nuestra Unión resolviera una lucha contractual a través del arbitraje en lugar de una huelga. Invocamos este derecho para luchar por los salarios que considerábamos que los trabajadores merecían. Nuestro argumento tenía tres componentes claves:
Primero, conseguimos que economistas, profesores y expertos de la industria condujeran estudios que demostraran que las propuestas económicas de la gerencia estaban muy por debajo de un salario digno en la Ciudad de Nueva York.
Segundo, argumentamos que el Resorts World estaba ofreciendo salarios que estaban muy por debajo de aquellos pagados a miembros de HTC en hoteles de la Ciudad de Nueva York — sin mencionar los otros beneficios que acompañan a esos salarios en nuestros talleres de la Unión.
Tercero, ayudamos a preparar trabajadores para que compartieran sus historias con el árbitro. Una trabajadora testificó que ella pasaba horas cada día viajando a Queens desde un albergue para personas sin techo en el Bronx. Otro explicó que él es diabético y no podía pagar su seguro de salud. Otra persona com- partió que no podían pagar el seguro médico, a pesar de que trabajaban a tiempo completo.
El árbitro emitió su decisión el 18 de octubre de 2013. Él se puso del lado de nuestra Unión, completó el contrato y transformó trabajos de salario mínimo y sin beneficios en los mejores trabajos de la industria del juego en el país. Los salarios se duplicaron de un día para el otro —y se triplicaron al final del contrato inicial de cinco años.
Vida transformada
Una de nuestras testigos expertas, la Dra.
Stephanie Luce, profesora en la City University
of New York, condujo una encuesta con los
trabajadores del Resorts World. Antes del
contrato de la Unión, ella encontró que una
gran mayoría de los trabajadores dependían de la asistencia pública, vivienda subsidiada
y vouchers de comida, habían acumulado
deudas abrumadoras de tarjetas de crédito,
no eran capaces de ahorrar para la educación
de sus hijos y tenían que sostener un segundo
—y hasta tercer— trabajo solo para sobrevivir.
Sólo seis meses después, la Dra. Luce hizo la encuesta de nuevo. La encuesta reveló que en ese corto tiempo, los trabajadores ya habían experimentado una disminución del 50% en cuentas médicas no pagas, una disminución del 46% en pagos de renta o hipoteca tardíos, una disminución del 67% en la necesidad de pedir dinero prestado para cubrir gastos, una disminución del 75% en el uso de asistencia gubernamental para la comida y las necesidades médicas, una disminución del 68% en la necesidad de un segundo trabajo y una disminución del 80% en horarios irregulares y trabajo a demanda.
Ahora, una década entera después —los trabajadores han podido comprar hogares y carros, pagar por su educación universitaria y la de sus hijos, viajar y mucho más.
Nuestra Unión creó casi 1.000 excelentes trabajos de clase media en Resorts World; trabajos que les permiten a los trabajadores vivir las vidas plenas y dignas que merecen. Estos trabajos marcan un nuevo y justo estándar en la creciente industria del juego del Estado de Nueva York.
Desde entonces, hemos continuado organizando y consiguiendo contratos en cada nuevo casino e instalación de juego en el Estado,
incluyendo a Rivers en Schenectady, del
Lago en Waterloo, Resorts World Catskills en
Monticello y Resorts World Hudson Valley
en Newburgh. También hemos mejorado
drásticamente los salarios y condiciones laborales para nuestros miembros en Saratoga
Casino and Race Course en Saratoga Springs,
Aqueduct and Belmont Racetracks en
Queens y el Empire City Casino en Yonkers.
Actualmente, representamos a más 5.000
trabajadores de la industria del juego. Cada
uno de nuestros contratos de la industria
del juego incluye salarios significativamente
más altos, beneficios asequibles y las protecciones y derechos laborales de primera
clase que hemos establecido por casi 100
años para trabajadores de la hospitalidad.
Marlene Ferreira, Camarero
Yo iba a la universidad para estudiar arquitectura cuando comencé en Resorts World. Ayudaba con los gastos de la casa y el dinero no alcanzaba. Entonces llegó la Unión. El contrato me ayudó a enfocarme en la escuela, a pagar el alquiler. Me gradué ese mismo año y al año siguiente pude comprar una casa en Long Island. Luego, hace algunos años, tuve a mi hija. Fue durante la pandemia, por lo cual estaba muy feliz de tener a la Unión en ese momento y todavía tener seguro de salud.
Sandra Charles, Security Officer
Tengo tres hijas, soy madre soltera. Antes de la Unión, trabajaba 3 trabajos y vivía mes a mes — y ni siquiera eso, porque nunca alcanzaba. No sabía de dónde iba a salir nuestra próxima comida. Una de mis hijas todavía estaba en casa en Guyana. Entonces conseguimos el contrato en 2013. Hubo paz en mi vida después de eso. Por fin ganaba suficiente dinero para apoyar a mi hija y traerla a Nueva York. Actualmente, todas mis hijas tienen buenos trabajos, terminaron la universidad. Me aseguré de que se graduaran sin deudas. Todos me preguntan cómo hice todo esto sola. Yo les digo agradezco a Dios por mi fuerza y agradezco a Dios por mi Unión.
Christopher Santana, Bartender
Cuando llegó la Unión, me quitó un peso de encima. Era más fácil comer, tomar el tren, ahorrar dinero. Y el cuidado de salud ayudó mucho — soy diabético y el seguro de la Unión cubre básicamente todos mis cuidados. Con eso cubierto, además del salario, he sido capaz de viajar por el mundo. Ya he estado en diez países.
La industria del juego se expande al sur del Estado
Sin nuestra intervención durante las últimas dos décadas, la industria del juego podría fácilmente haberse convertido en una industria creciente, explotadora y no sindicalizada en el Estado de Nueva York. Sólo se necesita ver a Florida, un estado con una industria del juego no sindicalizada, donde los croupiers ganan un promedio de tan sólo $12,35 por hora.
Tener miles de trabajos de hospitalidad horribles, no sindicalizados en casinos a tan
sólo unas millas de los hoteles y casinos de
nuestra Unión habría comprometido nuestro
poder sobre los
empleadores en la región. Pero ese no es el caso. Hoy, los trabajos de casino en Nueva York son buenos trabajos porque son trabajos de la Unión. Mientras la industria del juego continúa creciendo, también crece nuestra Unión.
En años recientes, hemos utilizado nuestro poder legislativo para acelerar los tiempos del Estado de Nueva York para otorgar tres licencias de casino nuevas en el sur del estado. Se espera que estas licencias sean otorgadas dentro de los próximos dos años.
La dirigencia de la Unión ha trabajado sin parar para asegurarse de que cada una de las compañías que se postule para una licencia de casino firme un acuerdo de paz con nosotros — tal como hicimos en Resorts World NYC. Hoy en día, prácticamente todos los aspirantes reales tienen un acuerdo con nosotros.
También creando un nuevo programa de capacitación de croupiers, para que nuestros miembros tengan una oportunidad para aprender las habilidades que necesitarán para conseguir trabajos en juegos de mesa o poker en los nuevos casinos.
Tenemos el poder y la responsabilidad de asegurarnos de que estos nuevos trabajos en casinos sean de la Unión — para los miles de trabajadores que los llevarán a cabo y para nuestros propios miembros, cuyo poder colectivo es amenazado cada vez que un empleador en Nueva York consigue pagarles a los trabajadores un salario mínimo y ofrecerles poco o nada de beneficios. Cuando las licencias del sur del estado sean otorgadas, lucharemos duramente para asegurarnos de que estos empleadores cumplan con su parte del trato y compartan sus ganancias, las cuales seguramente romperán records, con la gente que hace que sus casinos funcionen.
Manténganse conectados.
En solidaridad, Rich Maroko